MACHINE NAME = WEB 2

Informe sobre el comercio y el desarrollo 2019

Financiar un new deal verde global

Tras los profundos y generalizados perjuicios económicos y sociales causados por la crisis financiera mundial, en las economías avanzadas comenzó un decenio de austeridad, atonía del crecimiento de la productividad y estancamiento de los salarios reales. El crecimiento también se ha ralentizado en la mayoría de los países en desarrollo, aunque con considerables variaciones por regiones. La lucha por crear buenos empleos se ha intensificado con la rápida urbanización. Además, la desindustrialización prematura y el estancamiento rural se acompañan de un aumento de la desigualdad y una intensificación de las tensiones políticas. En todas partes, cunde la ansiedad por la perspectiva de una creciente inseguridad económica, a lo que hay que sumar la inminente amenaza de un colapso del medio ambiente. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha redoblado recientemente sus alertas y ya ha puesto en marcha el cronómetro del deshielo climático. Sin embargo, el encogimiento del horizonte temporal es solo un aspecto de la consciencia cada vez mayor de una crisis ecológica más amplia y profunda.

Los esfuerzos por hacer frente a estos desafíos se han articulado en torno a una serie de objetivos y metas, que la comunidad internacional acordó en 2015, para garantizar un futuro inclusivo y sostenible para todas las personas y el planeta. No obstante, cuando queda poco más de una década para alcanzar la Agenda 2030, el cumplimiento de estos objetivos ya se ha retrasado y existe una coincidencia generaliza de que ahora urge un impulso de inversión coordinado a una escala sin precedentes y en todo el procomún global. Las cifras de esta financiación son ingentes (que han pasado de “miles de miilones a billones”): se requieren 2,5 billones de dólares adicionales al año solo en los países en desarrollo, según las estimaciones de la UNCTAD. Hace una década, en la reunión del G20 en Londres, las principales economías del mundo se congregaron para frenar el pánico financiero global provocado por el hundimiento del mercado de hipotecas de alto riesgo en los Estados Unidos y para establecer una senda de crecimiento más estable de cara al futuro. Su discurso sobre un nuevo comienzo fue un reconocimiento de la incapacidad del sistema multilateral vigente para proporcionar ni los recursos ni la coordinación necesarios para sostener mercados estables y un clima de inversión saludable.

Una década después, ese esfuerzo se ha estancado, dejando a los encargados de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible preguntándose si el sistema multilateral es o no el adecuado para lograr este fin. Su preocupación se ve agravada por el estado de deterioro de la economía global. La proliferación de los desacuerdos sobre las normas comerciales, los movimientos de divisas y los flujos de tecnología están fomentando la incertidumbre y la inestabilidad, socavando la confianza en el sistema multilateral justo cuando el consenso y la coordinación son fundamentales para aumentar los recursos necesarios para hacer frente a los enormes desafíos económicos, sociales y medioambientales a los que todos nos enfrentamos. La edición del Informe sobre el Comercio y el Desarrollo de este año, da entender que para satisfacer las demandas de financiación de la Agenda 2030, es necesario reconstruir el multilateralismo en torno a la idea de un new deal verde global y de un futuro financiero muy diferente del pasado más reciente. Ese futuro empieza a labrarse con un debate serio sobre las opciones de financiación pública, como parte de un proceso más amplio de reparación del contrato social, que es la base sobre la que se pueden conseguir resultados inclusivos y sostenibles y obtener financiación privada en condiciones más productivas desde el punto de vista social.

Signature
Mukhisa Kituyi
Secretario General de la UNCTAD