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Las operaciones empresariales y las políticas específicas pueden apoyar la igualdad de género en los países en desarrollo


Comunicado de prensa
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UNCTAD/PRESS/PR/2014/041
Las operaciones empresariales y las políticas específicas pueden apoyar la igualdad de género en los países en desarrollo
En un estudio de la UNCTAD se formulan recomendaciones de política para hacer que la inversión extranjera favorezca el empoderamiento de la mujer

Geneva, Suiza, 13 octubre 2014

​El potencial de la inversión extranjera para influir positivamente en el empoderamiento de la mujer creando empleo formal y vínculos económicos es considerable, pero las operaciones de las empresas transnacionales (ETN) también entrañan el riesgo de que aumente la vulnerabilidad de las mujeres en el trabajo o se agraven las desigualdades entre los géneros, según las conclusiones de un nuevo informe de la UNCTAD.

En el informe Investment by TNCs and Gender (Las inversiones de las ETN y el género), presentado en la sesión dedicada al empoderamiento de la mujer del Foro Mundial de Inversiones de la UNCTAD el 14 de octubre, se propugnan políticas específicas y actuaciones empresariales para garantizar que las actividades de las ETN se traduzcan en beneficios concretos para las mujeres de los países en desarrollo.

Las inversiones de las multinacionales han sido esenciales para ofrecer oportunidades de empleo a las mujeres, especialmente en las industrias intensivas en mano de obra muy orientadas a la exportación, como en la textil, la confección y las manufacturas, la agricultura, los centros de atención telefónica, y los sectores de hostelería, restauración y turismo, según el informe.

Además de brindar oportunidades de empleo a las mujeres, las multinacionales suelen ofrecer salarios más altos, empleos estables, formación laboral y otras oportunidades de desarrollo profesional. Asimismo, es más probable que sus empleados estén sindicados y mejor protegidos por la legislación laboral.

No obstante, el informe también describe varios riesgos, como las malas condiciones de trabajo y las limitaciones del acceso de las mujeres a la formación, especialmente cuando la creación de empleo se da en el marco de actividades poco remuneradas o en el sector informal. Las trabajadoras corren mayor riesgo de marginación cuando las empresas se modernizan o cuando decaen las industrias intensivas en mano de obra.

El informe destaca los principales obstáculos que impiden maximizar los beneficios de las inversiones de las ETN en el empoderamiento de la mujer. Los efectos positivos no son automáticos, las consecuencias pueden variar con el tiempo y son propias de cada país y cada contexto, según se explica en el informe.

Los impedimentos legales y socioculturales pueden obstaculizar el acceso de las mujeres al empleo. Por ejemplo, aunque las mujeres accedan a la educación, las restricciones legales a menudo les impiden participar en el mercado de trabajo. Las pautas de segregación profesional profundamente arraigadas en las estructuras sociales pueden restringir las oportunidades de las mujeres para conseguir empleo, capacitación profesional y desarrollo profesional. Esos impedimentos pueden darse también en las propias empresas. 

El informe indica que otra limitación importante reside en la falta de datos sobre el empoderamiento de la mujer que permitirían a los gobiernos adoptar políticas específicas. También faltan investigaciones sobre las consecuencias precisas que tienen las inversiones de las ETN en la participación femenina en los mercados de trabajo.

En el informe se propone un conjunto de políticas y medidas específicas que podrían adoptar los gobiernos y las empresas extranjeras para superar esos retos. Se señalaron tres intervenciones de política específicas:

• Los gobiernos necesitan una estrategia específica de empoderamiento de la mujer que complemente los esfuerzos encaminados a lograr el desarrollo económico y social. La estrategia debería tener en cuenta las influencias recíprocas entre las distintas esferas de política: por ejemplo, el acceso de la mujer a la educación condiciona sus oportunidades de empleo o la manera en que se atienden sus necesidades de salud influye directamente en su acceso a los mercados de trabajo.
• Los gobiernos deberían considerar también que la inversión extranjera puede apoyar la igualdad de la mujer, en vez de socavarla. Para conseguirlo, es posible adoptar medidas que faciliten y protejan el empleo femenino por las multinacionales y promuevan una "cadena de valor de las ETN inclusiva en cuanto al género". Entre esas medidas están: proporcionar infraestructura y protección social, preparar a las mujeres para trabajar con las ETN, proteger a las mujeres que trabajan y promover el desarrollo profesional.
• En relación con estas medidas, los gobiernos deberían prestar particular atención a determinados sectores intensivos en mano de obra orientados a la exportación y con alta movilidad, en los que predomina la mano de obra femenina. 

En cuanto a las multinacionales, en el informe se propone un conjunto de directrices sobre igualdad de género que deberían incluir en sus modelos de negocio. Esas directrices se basan directamente en los estudios realizados para el informe y reconocen el papel que pueden desempeñar las empresas extranjeras en apoyo del empoderamiento de la mujer. Son las siguientes:

• Tratar por igual a los hombres y las mujeres.
• Incorporar los temas de igualdad de género en los proyectos de inversión y los modelos de negocio de las ETN.
• Reunir datos sobre la participación de la mujer en la actividad laboral de las ETN.
• Promover el empoderamiento de la mujer.
• Respetar la igualdad de derechos en la negociación colectiva.
• Evaluar las consecuencias en función del género derivadas de las decisiones de desinversión y desarrollar modelos de desinversión que tengan en cuenta el género.

El informe fue presentado en una sesión interactiva del Foro Mundial de Inversiones de la UNCTAD de 2014 en la que los oradores expusieron temas esenciales, destacando sus experiencias relativas a las repercusiones de las ETN en materia de género y considerando los métodos de que disponen los encargados de formular políticas para reducir los riesgos y potenciar los beneficios que las actividades de las ETN tienen para las mujeres.