LDC - El progreso de los países menos adelantados depende del acceso a la energía moderna, según un nuevo informe de las Naciones Unidas
Ampliar el acceso a fuentes adecuadas, fiables y asequibles de energía moderna es esencial para que los países más pobres del mundo escapen del círculo vicioso de la pobreza, señala el Informe sobre los Países Menos Adelantados 2017. El acceso a la energía para la transformación estructural de la economía de la UNCTAD.
Según el informe, publicado hoy, el rezago de los 47 países menos adelantados (PMA) del mundo con respecto al resto del mundo en desarrollo en términos de suministro de energía eléctrica a los hogares y las empresas va en aumento. Aunque estos países han hecho grandes avances en los últimos años, lograr el objetivo mundial del acceso universal a la energía de aquí a 2030 requerirá un aumento del 350% de su tasa anual de electrificación.
“Para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 no alcanza con atender las necesidades básicas de energía de los hogares”, declaró el Secretario General de la UNCTAD Mukhisa Kituyi este martes en Ginebra, en vísperas de la publicación del informe. “Ello tiene valiosas repercusiones en el bienestar de la población, pero el objetivo es más ambicioso... Para que la electrificación transforme las economías de los PMA, el suministro de energía moderna debe impulsar un aumento de la productividad y la producción de más bienes y servicios”.
El Dr. Kituyi agregó: “El uso productivo de la energía convierte el acceso en desarrollo económico y asegura la viabilidad económica de las inversiones en infraestructura eléctrica. Pero ello supone apuntar más allá de la atención de las necesidades básicas de los hogares, a un acceso a la energía para la transformación económica, que satisfaga la necesidad de los productores de una energía adecuada, fiable y asequible”.
Esta relación recíproca entre el uso productivo de la energía y el desarrollo económico, que el informe denomina “nexo entre energía y transformación”, sigue siendo muy débil en los PMA. Más del 40% de las empresas de esos países se ven frenadas por un suministro de electricidad inadecuado, poco fiable e inasequible. En promedio, sufren diez cortes de corriente mensuales de una duración de alrededor de cinco horas cada uno, que les suponen un costo del 7% del valor de sus ventas.
Mientras que alrededor del 10% de la población de otros países en desarrollo no tiene acceso a la electricidad, esta cifra es de más del 60% en los PMA. Además, el conjunto de los PMA cuenta con una capacidad de generación de electricidad por persona del orden de apenas el 8% de la capacidad de las otras economías en desarrollo, y de solo un 2% de la de los países más ricos.
Es hora de que los donantes cumplan sus compromisos
Lograr el acceso universal a la energía moderna en los PMA de aquí a 2030 será costoso. Sobre la base de estimaciones mundiales previas, en el informe se indica un costo de entre 12.000 y 40.000 millones de dólares anuales. El acceso a la energía para la transformación económica sería aún más caro.
Según el informe, esto supera ampliamente los recursos actualmente disponibles. El total de la asistencia oficial para el desarrollo destinada al sector de la energía es de apenas 3.000 millones de dólares anuales y, en la mayoría de los PMA, los recursos nacionales para la inversión pública son escasos y la capacidad de endeudarse sin exponerse a una carga insostenible de la deuda es muy limitada.
Los inversores privados no son propensos a invertir en infraestructura eléctrica en los PMA debido a los grandes costos irreversibles, los largos ciclos de los proyectos y la lenta recuperación de la inversión. Además, la mayoría de los PMA se consideran de alto riesgo, a pesar de que la disponibilidad de instrumentos de reducción de los riesgos, como los seguros o las garantías, quizás podrían contribuir a aumentar la confianza.
Los Gobiernos podrían reunir capital adicional desarrollando mercados de deuda internos o recurrir a fuentes alternativas de financiación, como los inversores de impacto, los fondos de infraestructura y, en algunos PMA, los nacionales que viven en el extranjero.
Incluso mejor sería, afirma el informe, que los donantes internacionales cumplieran su compromiso de larga data de destinar al menos entre el 0,15% y el 0,20% de su ingreso nacional a la asistencia, en el marco del Programa de Acción de Estambul en favor de los Países Menos Adelantados para el Decenio 2011-2020 de las Naciones Unidas. Los actuales niveles de asistencia a los PMA son de entre 33.000 y 50.000 millones de dólares anuales inferiores a esa meta.
Las energías renovables son prometedoras, pero necesitarán apoyo
Las fuentes renovables de energía, como la energía solar y eólica, podrían tener un efecto revolucionario en las zonas rurales, en las que vive el 82% de la población que no tiene acceso a la electricidad en los PMA, y contribuir a la superación de los obstáculos históricos a la electrificación rural.
Sin embargo, en estos países, las energías renovables distintas de la hidroeléctrica se han producido hasta ahora con tecnologías a pequeña escala, como los faroles solares o los sistemas domésticos autónomos. Si bien han hecho posibles algunos avances, están lejos de posibilitar el radical aumento del acceso a la electricidad necesario para transformar las economías de los PMA.
Las tecnologías renovables a una escala capaz de alimentar las redes y las minirredes necesarias no solo para el suministro de electricidad a los hogares sino también para el desarrollo de empresas e industrias deben difundirse con rapidez. No obstante, para lograrlo, los PMA deben superar importantes obstáculos tecnológicos, económicos e institucionales. Esto requerirá tanto políticas nacionales correctas como un apoyo internacional más enérgico.
A pesar del notable potencial que tienen en los PMA, las energías eólica y solar no podrán, por si solas, satisfacer las necesidades. La generación hidroeléctrica también es sumamente importante; actualmente proporciona la mitad de la electricidad que se genera en los PMA. Los combustibles fósiles también seguirán teniendo un papel destacado en muchos casos, con una evolución progresiva hacia tecnologías con menor intensidad de carbono, como el gas natural.
Dado que las tecnologías energéticas, en particular las tecnologías renovables, están en constante evolución, es vital que los PMA accedan a tecnologías adaptadas a sus condiciones y circunstancias particulares, y que refuercen la capacidad de sus sectores energéticos para absorber esas tecnologías.
El recientemente creado Banco de Tecnología para los Países Menos Adelantados podría contribuir a ello, pero los países desarrollados podrían ayudar aún más si cumplieran sus obligaciones de transferencia de tecnología en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto.
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