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Informe sobre la economía digital 2024

Forjar un futuro digital sostenible e integrador

Informe sobre la Economía Digital 2024 destaca la necesidad urgente de estrategias de digitalización sostenibles e inclusivas. La economía digital, dependiente de materias primas y de la producción y eliminación de dispositivos finales, tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Los dispositivos digitales y las redes de tecnología de la información y comunicaciones (TIC) utilizan entre el 6% y el 12% de la electricidad global. Los países en desarrollo, que exportan materias primas con bajo valor agregado e importan dispositivos de alto valor agregado junto con el aumento de residuos digitales, enfrentan costos ambientales desproporcionados. Las tensiones geopolíticas sobre minerales críticos agravan estos problemas. El informe insta a un cambio hacia una economía digital circular enfocada en productos duraderos, consumo responsable, reciclaje y modelos de negocio sostenibles.

Impacto ambiental creciente de la digitalización

El rápido crecimiento de la economía digital ejerce presión sobre el medio ambiente Los envíos anuales de teléfonos inteligentes se han más que duplicado desde 2010, y se proyecta que los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) aumenten a 39 mil millones para 2029. Los dispositivos digitales requieren grandes cantidades de materias primas, cuya producción causa el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de los teléfonos inteligentes. Los residuos digitales están aumentando más rápido que las tasas de recolección, lo que lleva a la contaminación. El sector TIC emitió hasta el 3.2% de las emisiones globales de GEI en 2020. Las soluciones incluyen reformas políticas, innovaciones tecnológicas y acciones para promover modelos de negocio circulares, logística energéticamente eficiente y consumo sostenible.

Minerales esenciales para la transición energética

Las economías en desarrollo son fundamentales en la cadena mundial de suministro de minerales esenciales para el cambio mundial hacia tecnologías digitales y de bajas emisiones de carbono.

África, por ejemplo, posee importantes reservas: el 55% del cobalto mundial, el 47,65% del manganeso, el 21,6% del grafito natural, el 5,9% del cobre, el 5,6% del níquel y el 1% del litio.

La demanda de estos minerales críticos podría aumentar un 500% de aquí a 2050, según el Banco Mundial.

Esto presenta una oportunidad para los países en desarrollo ricos en recursos, si pueden avanzar en las cadenas de valor para evitar vulnerabilidades económicas profundas.

El informe aboga por equilibrar la importancia estratégica de los minerales con prácticas sostenibles y apoyar a los países en desarrollo para que añadan valor a sus materias primas.

Aumento del consumo de energía y agua en la era digital

Las crecientes necesidades de energía y agua de la digitalización son preocupantes. Los centros de datos consumieron tanta energía como Francia en 2022, y se espera que el consumo se duplique para 2026. La minería de criptomonedas también consume mucha energía. El consumo de agua de la digitalización está aumentando, con impactos significativos en los recursos locales. Abordar estos impactos requiere que las empresas tecnológicas y los responsables políticos mejoren la eficiencia energética y reduzcan el consumo de agua. El informe recomienda normas más estrictas sobre el consumo de energía y agua en los centros de datos y mejorar las evaluaciones del uso del agua.

Aumento de las desigualdades digitales y ecológicas

Los países en desarrollo soportan los costos ecológicos de la digitalización, mientras que obtienen menos beneficios. Generan menos residuos digitales por persona, pero reciben importantes exportaciones de residuos digitales de los países desarrollados, con sistemas de reciclaje que luchan por mantener el ritmo. Abordar estas desigualdades requiere esfuerzos internacionales que promuevan la minería sostenible, mejoren la infraestructura digital, frenen las exportaciones ilegales de residuos y apoyen la creación de capacidades en los países en desarrollo.

Hacia una economía digital circular e inclusiva

La transición hacia una economía digital circular e inclusiva es clave para abordar los retos medioambientales de la digitalización. Esto implica adoptar prácticas sostenibles a lo largo de todo el ciclo de vida digital. En la actualidad, sólo el 7,2% de la economía mundial es circular, es decir, que minimiza los residuos mediante el reciclaje, la reutilización y la renovación. El informe aboga por diseñar productos duraderos y reparables, mejorar los sistemas de reciclaje, educar a los consumidores y fomentar la cooperación internacional para unificar las normativas de sostenibilidad.

 

ONU Comercio y Desarrollo insta a:

  • Empresas a diseñar productos duraderos y reparables y a los gobiernos a abordar la obsolescencia programada.
  • Mejorar los sistemas de reciclaje para una mejor recuperación de los materiales.
  • Educación al consumidor sobre el impacto medioambiental y fomento de los productos reacondicionados.
  • Apoyo a modelos de negocio sostenibles en tecnología digital y comercio electrónico.
  • Cooperación internacional para estandarizar la normativa sobre sostenibilidad.
  • Un enfoque inclusivo e integrado que alinee las políticas digitales y medioambientales a escala mundial.