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El alivio de la deuda y las capacidades productivas son claves para la recuperación de los países de ingresos medios

16 junio 2021

Resolver los retos a los que se enfrenta este diverso grupo de naciones, en las que viven tres de cada cuatro personas, es fundamental para poner al mundo en una trayectoria de desarrollo más sostenible e inclusiva después de la crisis.

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Construcción de una carretera en las afueras de São Paulo, Brasil. © Fabio Salles

Los países de ingresos medios (PIMs) son el hogar del 62% de la población pobre del mundo, pero los retos a los que se enfrentan a menudo se pasan por alto o se consideran menos urgentes que los de las naciones más pobres.

Sin embargo, muchos países de ingresos medios – un grupo de 106 naciones que incluye pequeñas islas como Kiribati, naciones sin salida al mar como Uzbekistán y economías emergentes como Brasil – se enfrentan a algunas de las mismas vulnerabilidades que los países de ingresos bajos, como la deuda paralizante y la falta de competitividad económica.

A pesar de ser posibles potencias económicas, corren el riesgo de estancarse en sus trayectorias de desarrollo, especialmente tras la pandemia del COVID-19. 

"La comunidad internacional debe abordar urgentemente los obstáculos estructurales que frenan el progreso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los países de ingresos medios", dijo el presidente de la Asamblea General de la ONU, Volkan Bozkir.

"La crisis del COVID-19 ha hecho aún más urgente la necesidad de reforzar el apoyo internacional para ayudar a estas naciones y evitar que caigan en la trampa del estancamiento económico de los países de ingresos medios", dijo Bozkir antes de una reunión de alto nivel sobre los países de ingresos medios que convocará el 17 de junio y el 2 de julio. 

Perfeccionamiento del sistema de desarrollo

Los países de ingresos medios se dividen en economías de ingresos medios-bajos y medios-altos.  El nivel inferior tiene unos ingresos nacionales brutos (INB) per cápita de entre $1.036 y $4.045 dólares, mientras que los de la mitad superior oscilan entre $3.046 y $12.535 dólares.

La Asamblea General de la ONU ha reconocido el papel fundamental del sistema de desarrollo de las Naciones Unidas para apoyar los esfuerzos destinados a atender las diversas necesidades de desarrollo de los países de ingresos medios, de manera coordinada y en concordancia con las prioridades nacionales, teniendo en cuenta variables que van más allá de los criterios de ingreso económico.

La reunión de alto nivel que convoca Bozkir se celebrará bajo el lema "Perfeccionar el enfoque del sistema de desarrollo para atender las necesidades de los países de ingresos medios".

Esta, reunirá a Jefes de Estado y de Gobierno actuales y anteriores, y a representantes de bancos multilaterales, instituciones financieras internacionales, el sistema de desarrollo de la ONU y organizaciones de la sociedad civil.

Los participantes debatirán sobre las disparidades y los retos a los que se enfrentan los PIMs para implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y harán un balance de los avances logrados desde la primera reunión de alto nivel sobre PIMS, celebrada en 2018.

Compartirán las experiencias nacionales y las mejores prácticas e identificarán las acciones prioritarias para ayudar a estas naciones a evitar la pérdida de décadas de avances en materia de desarrollo tras la pandemia.

Paralizados por la deuda

Uno de los principales retos a los que se enfrentan muchos países de ingresos medios al tratar de establecer una recuperación inclusiva, sostenible y resistente tras la crisis del COVID-19 es la paralizante deuda. 

"Incluso antes del brote de coronavirus, la capacidad de solvencia de las deudas de los países de ingresos medios estaba bajo presión", dijo la Secretaria General interina de la UNCTAD, Isabelle Durant, antes de la reunión de alto nivel. "Pero la pandemia ha empeorado considerablemente la situación".

La relación entre el servicio de la deuda externa total y las exportaciones de los países de renta media – un indicador especialmente útil para conocer la evolución de la deuda y la capacidad de reembolso – pasó del 14,7% en 2019 al 17,5% en 2020, el nivel más alto desde 2005. 

"Algunas características del perfil de la deuda externa de este grupo significan que están más expuestos que los países de bajos ingresos", dijo Durant.

Durant citó la creciente proporción de deuda privada no garantizada en la deuda total de los países de ingresos medios y el creciente porcentaje de acreedores privados en la deuda del grupo que es pública o con garantía pública, dos tendencias que comenzaron después de la crisis financiera mundial de 2008-2009, impulsadas por el creciente apetito de los inversores por los bonos de alto rendimiento en muchos países de ingresos medios.

La deuda privada no garantizada, por ejemplo, representa el 33,3% de la deuda externa de los países de ingresos medios, comparada con el 14% de los países de bajos ingresos. Asimismo, en 2019 la participación de los acreedores privados en la deuda pública y con garantía pública fue mucho mayor en los países de ingresos medios que en los de ingresos bajos: el 45% en comparación con el 11%.

Excluidos de las iniciativas de desendeudamiento

Sin embargo, el 40% de los países de ingresos medios han quedado excluidos de las iniciativas destinadas a minimizar la creciente carga generada por el impuesto del servicio de la deuda de los países en desarrollo, como la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del G20 y el Marco Común para el Tratamiento de la Deuda, más allá de la DSSI.

"Esto significa que en muchos países de ingresos medios, los recursos financieros necesarios para responder a la pandemia y a sus efectos sociales y económicos se desvían hacia el servicio de la deuda", dijo Durant.

Añadió que incluso si las iniciativas de deuda del G20 incluyeran a todos los países de ingresos medios, esto sería insuficiente, ya que muchos de ellos se enfrentan a un problema de solvencia externa más que a un problema de liquidez externa que la suspensión temporal de los servicios de la deuda podría resolver.

"Lo que los países de ingresos medios necesitan", dijo Durant, "es un programa integral de alivio y reestructuración de la deuda que les permita poner en marcha un estímulo a la inversión pública necesario para iniciar una recuperación sostenible y equitativa de la pandemia".

Esto significa que todos los acreedores – bilaterales, multilaterales y privados – deben estar en la conversación.

"Si la comunidad internacional no apoya a los países de ingresos medios", dijo Durant, "la crisis de la deuda amenazará los esfuerzos mundiales para hacer frente a la pobreza, la desigualdad y el cambio climático en los próximos años".

Retenidos por las bajas capacidades productivas

Además del desendeudamiento, la reestructuración integral, y una estrategia de recuperación sostenible e inclusiva, los países de ingresos medios deben desarrollar sus capacidades productivas.

La UNCTAD las define como "los recursos productivos, las capacidades de emprendimiento y los nexos de producción que, en conjunto, determinan la capacidad de un país para producir bienes y servicios, permitiéndole crecer y desarrollarse".

Muchos países de ingresos medios quedan "atrapados" entre las economías pobres y las ricas, sin poder competir con los países de destino de bajo costo de las cadenas de valor mundiales, pero careciendo de los conocimientos tecnológicos y el capital humano necesarios para pasar a las actividades de mayor valor añadido más arriba en la cadena.

Paul Akiwumi, director de la UNCTAD para África y los países menos desarrollados, dijo: "A menos que los países de ingresos medios construyan sus capacidades productivas, seguirán siendo vulnerables a las crisis, como la pandemia del COVID-19".

Y añadió: "Las capacidades productivas son esenciales para ayudar a estos países a evitar la trampa de los ingresos medios, permitiéndoles transformar estructuralmente sus economías, pasando de un crecimiento económico impulsado por los recursos, la mano de obra y capital de bajo costo, a un crecimiento impulsado por la productividad."

Para ayudar, la UNCTAD ha desarrollado el Índice de Capacidades Productivas (ICP), una herramienta que mide el grado de desarrollo y las capacidades productivas en cada país, y que puede ayudar a los gobiernos a formular y aplicar mejor sus políticas y a comparar sus logros.

Akiwumi dijo que las estrategias de creación de capacidades productivas deben estar determinadas por la estrategia nacional de desarrollo de cada país y por las condiciones específicas del mismo.

Pidió esfuerzos coordinados para apoyar a los países en el desarrollo, la creación de nuevas capacidades productivas y la máxima utilización de las existentes.