Los países que dependen del comercio de tránsito, en particular los países sin litoral, enfrentan diversos obstáculos prácticos que aumentan el costo logístico de su comercio internacional. Por ejemplo, se estima que los gastos de transporte internacional de los países en desarrollo sin litoral son en promedio un 50% más altos que los de los países de tránsito o ribereños vecinos. Concretamente los obstáculos surgen de los procedimientos aduaneros y fronterizos y se deben también al hecho de que los servicios de carga y transporte deben adaptarse a diferentes condiciones administrativas, jurídicas, comerciales y otra índole cuando pasan por un tercer país. Los acuerdos de tránsito destinados a reducir estas limitaciones deben tener en cuenta la evolución de la situación, en particular en lo que concierne a la facilitación del comercio, nuevas tecnologías, transporte multimodal y seguridad del transporte. A fin de elaborar y aplicar acuerdos de tránsito específicos, los sectores público y privado del país de tránsito y del país sin litoral deben cooperar en el interior de cada uno de los países y entre los dos países aplicando mecanismos de coordinación nacionales y regionales adecuados. En muchos casos, pueden alcanzarse acuerdos específicos de corredores doblemente beneficiosos, ya que ambos países pueden aprovechar las sinergias y economías de escala en las inversiones y las operaciones de transporte
