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La UNCTAD actualiza los principios para promover el comercio amigable con la biodiversidad

18 enero 2021

Las directrices actualizadas que apoyan a gobiernos, empresas y consumidores a beneficiarse del comercio sostenible de plantas y animales incluyen ahora elementos como resiliencia climática y biodiversidad marina.

©seaphotoart

La UNCTAD ha lanzado sus Principios y Criterios de BioComercio actualizados, un conjunto de directrices para que gobiernos y empresas lleven a cabo un comercio amigable con la biodiversidad, para abordar nuevos retos y prioridades actuales y futuras.

El término “BioComercio” se refiere al suministro y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad de un país. Algunos ejemplos incluyen la producción de jujuba en Myanmar o el cultivo de caracol rosado o caracol pala (Strombus gigas) en el Caribe.

El comercio mundial ilegal de vida silvestre es un negocio multimillonario que acelera la pérdida de biodiversidad, con una estimación de un millón de especies de plantas y animales actualmente en riesgo de extinción, según un informe de las Naciones Unidas. La amenaza no es únicamente el colapso del ecosistema, sino también un mayor riesgo de nuevas pandemias como COVID-19.

Las directrices de BioComercio, creadas por primera vez en 2007, establecen cómo se puede comercializar los valiosos recursos naturales de la Tierra de una manera sostenible desde el punto de vista ambiental, social y económico.

“La biodiversidad es una preocupación y una prioridad mundial. Aprender de las prácticas, las experiencias y los marcos legales y políticos es clave, tal y como se refleja en estos principios y criterios actualizados, que guían a los profesionales en este campo”, dijo Isabelle Durant, Secretaria General Adjunta de la UNCTAD.

Los siete principios abordan cuestiones como la conservación, la restauración y el uso sostenible de la biodiversidad, la distribución equitativa de los beneficios del BioComercio entre diferentes actores y el respeto de los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Los principios y criterios actualizados tienen en cuenta las experiencias, las mejores prácticas y las lecciones aprendidas por socios y profesionales desde su primera edición, agregando nuevos elementos como la resiliencia climática, la biodiversidad marina y el turismo sostenible.

Éstos también actualizan elementos como los derechos de los trabajadores, la salud y la seguridad, y el acceso y distribución de beneficios en virtud del Protocolo de Nagoya.

Beneficios demostrados para gobiernos, empresas y trabajadores

Los principios y criterios buscan fomentar el comercio y la inversión en los recursos naturales únicos de los países en desarrollo, incluidas diversas especies de flora y fauna, recursos genéticos y ecosistemas, asegurando al mismo tiempo su conservación y mejoramiento a largo plazo.

Éstos han sido implementados en más de 65 países hasta la fecha, con varios ejemplos de adopción exitosa por parte de gobiernos, empresas y comunidades.

En Myanmar, ayudaron a mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores de Salay Shae Saung, una pequeña empresa fabricante de jarabe de tamarindo y jujuba natural que estimulan el sistema inmunológico. Las mejoras realizadas en la empresa relativas a la trazabilidad y la documentación de las fábricas y los agricultores le permitieron continuar operando durante las restricciones de COVID-19, al tiempo que mantuvo a los trabajadores, muchos de los cuales son mujeres, seguros y trabajando.

En Namibia, Eudafano Women’s Co-operative (Cooperativa de Mujeres Eudafano) produce ingredientes derivados de marula y semillas de melón kalahari para la industria cosmética nacional e internacional, de acuerdo con los principios y criterios del BioComercio. La cooperativa beneficia a más de 4.000 mujeres y sus comunidades.

En Perú, un laboratorio de productos naturales, Takiwasi, y una organización de productores indígenas, Ampik Sacha, implementaron un modelo de negocio basado en el conocimiento tradicional asociado a las plantas medicinales en la región de San Martín, beneficiando tanto a las personas como a la naturaleza.

Este modelo, que está en línea con los principios de participación justa y equitativa de beneficios, mejora las condiciones de vida de la población autóctona preserva las tradiciones y promueve el uso sostenible de los recursos forestales.

“Los principios y criterios actualizados ayudarán a fortalecer el cumplimiento de las empresas en el futuro”, dijo Diego Llosa Velásquez, viceministro de Comercio Exterior de Perú. “Estamos comprometidos a trabajar con más empresas para incorporar el BioComercio como un modelo de negocio sostenible”.

Tras dos años de consultas con gobiernos, empresas y emprendedores, los principios y criterios actualizados reflejan sus experiencias desde 2007.

Estos están acompañados de una herramienta de autoevaluación de BioComercio en línea que ayudará a empresas e iniciativas en su camino para convertirse en negocios medioambientalmente responsables.

BioComercio: sostenible ahora y en el futuro

Los principios y criterios se actualizaron como parte del programa mundial de BioComercio lanzado por la UNCTAD en 2018, con el apoyo de la Secretaría de Estado de Economía de Suiza SECO.

Éstos están más estrechamente alineados con acuerdos ambientales multilaterales , en particular el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

También están en línea con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, el acuerdo climático de París y el Protocolo de Nagoya sobre acceso y distribución de beneficios de los recursos genéticos.

Los socios del programa de BioComercio de la UNCTAD han hecho un llamamiento para que los principios y criterios actualizados sean reflejados en el nuevo marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020, que proporcionará la hoja de ruta de la diversidad biológica para la próxima década.

Se espera que el marco se adopte durante la 15ª Conferencia de las Partes del CDB, prevista para la segunda mitad de 2021. Los socios también han alentado a más países y actores interesados a utilizar estos principios y criterios para construir sectores, empresas y comunidades resilientes.