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Los altos precios de los alimentos y la fortaleza del dólar suponen una "doble carga" para los países en desarrollo, según la UNCTAD

21 diciembre 2022

A medida que se encarece la importación de alimentos, a los países en desarrollo les resulta aún más difícil evitar que millones de personas pasen hambre.

© savva_25/Shutterstock.

Los precios de los alimentos han alcanzado niveles récord en 2022, lo que supone un reto para la seguridad alimentaria en todo el mundo, especialmente para los habitantes de los países en desarrollo, quienes importan la mayor parte de sus alimentos.

Un índice publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que hace un seguimiento de los precios de los productos alimentarios más comercializados, se mantuvo en noviembre en niveles históricamente altos (135,7 puntos) tras alcanzar un máximo histórico en marzo de 2022 (159,3 puntos).

Aunque el mundo ha sufrido crisis alimentarias en el pasado, la actual, desencadenada por la pandemia del COVID-19 y la guerra de Ucrania, es diferente, según un nuevo informe de la UNCTAD, debido al fortalecimiento del dólar estadounidense.

Durante las crisis anteriores, el valor del dólar estadounidense cayó a medida que subían los precios de los alimentos. Como el dólar es la principal moneda del comercio internacional, su devaluación redujo el precio final en moneda local que la gente pagaba por los alimentos importados. Esto supuso un cierto alivio.

Pero esta vez el dólar se ha fortalecido, subiendo un 24% entre mayo de 2021 y octubre de 2022, a medida que la Reserva Federal aumentaba los tipos de interés para intentar frenar la inflación en Estados Unidos.

El informe de la UNCTAD afirma que la combinación de los altos precios de los alimentos y la fortaleza del dólar es una "doble carga" que muchas personas de los países en desarrollo no pueden soportar, lo que les obliga a tomar decisiones aún más difíciles para llegar a fin de mes, como saltarse comidas o sacar a un niño de la escuela.

"Para los países en desarrollo importadores netos de alimentos, el mercado internacional es un salvavidas", dice el informe. 

"A medida que se encarece la compra de dólares estadounidenses, también se hace más difícil para estos países evitar que millones de personas pasen hambre".

La inseguridad alimentaria aguda se ha triplicado en tres años, pasando de 135 millones antes de la COVID-19 a casi 350 millones en la actualidad, según la FAO y el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.

El trigo cuesta más del doble

El informe utiliza el ejemplo del trigo, el cultivo más extendido en el mundo, para mostrar cómo los tipos de cambio pueden afectar a los precios. Analiza seis países importadores netos de trigo: Egipto, Etiopía, Mauricio, Pakistán, Perú y Tailandia.

En octubre de 2022, el precio medio del trigo era un 89% más alto que en 2020. Durante el mismo periodo, el tipo de cambio medio del dólar estadounidense frente a las monedas nacionales de estos países aumentó entre un 10% y un 46%.

El informe muestra que un dólar estadounidense más fuerte repercute en el precio final. Si se tiene en cuenta el tipo de cambio, el aumento estimado pasa del 89% a entre el 106% y el 176% según el país.

"Esto ilustra que el efecto del tipo de cambio es un motor significativo del aumento de la factura de importación de alimentos, contribuyendo a la inflación, la pérdida de poder adquisitivo y la inseguridad alimentaria", dice el informe.

Para Egipto, el mayor importador mundial de trigo en 2020 (13,2 millones de toneladas), importar la misma cantidad en 2022 le costaría 3.000 millones de dólares más.

¿Qué hay que hacer?

El informe propone recomendaciones en tres ámbitos, en línea con las propuestas del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial de la ONU.

  1. Aliviar las restricciones financieras

El informe recomienda programas de protección social específicos y sostenidos para proteger a los hogares vulnerables de los países en desarrollo.

También pide que se apoyen soluciones multilaterales de emergencia para proporcionar liquidez y aliviar la deuda de los países en desarrollo.

"Un buen paso adelante es la nueva Ventana de Choque Alimentario del Fondo Monetario Internacional", dice el informe.

La iniciativa, que se basa en gran medida en la propuesta de la FAO de un Mecanismo de Financiación de las Importaciones de Alimentos, proporciona financiación de emergencia a los países que se enfrentan a retos urgentes relacionados con la balanza de pagos y la crisis alimentaria mundial.

Pero se necesita urgentemente un apoyo mayor y más rápido, según el informe, para evitar una crisis generalizada de la deuda.

"El Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial y la UNCTAD instan a las instituciones financieras internacionales a aumentar la liquidez para los países en desarrollo y a utilizar los canales existentes para incrementar la accesibilidad de estos recursos a quienes los necesitan", dice el informe.

Y añade: "También es necesario un marco común del G20 revisado y aplicable para proporcionar a tiempo la reestructuración de la deuda a los países que lo necesiten".

  1. Garantizar el comercio abierto y el acceso estable a los alimentos

Para ayudar a garantizar un suministro estable y seguro de alimentos en todo el mundo, el Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial ha instado a todos los países a mantener abiertos los mercados, resistirse a las restricciones injustificadas e innecesarias a la exportación y poner reservas a disposición de los países en riesgo de hambre y hambruna.

También insiste en que "agilizar los procedimientos aduaneros y las normativas relacionadas con el comercio puede ayudar a aliviar la carga que supone el cumplimiento de las normas, reducir la ineficacia y compensar parcialmente los altos precios".

  1. Aumentar la disponibilidad de alimentos a nivel nacional e internacional

El informe hace un llamando a una ayuda financiera específica y a la cooperación técnica para ayudar a los países en desarrollo importadores netos de alimentos a aumentar su producción agrícola y reducir su fuerte dependencia de las importaciones.

También es crucial, según el informe, reintegrar los alimentos y fertilizantes ucranianos y rusos en los mercados mundiales.

"Con este fin", afirma, "todas las partes deben apoyar los dos acuerdos firmados en Estambul, Türkiye, el pasado mes de julio":

 

 

Escucha el episodio del Weekly Tradecast titulado "Unbearable burden: Rising rates, a strong dollar and pricey food weigh down developing countries"