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Más allá del PIB: Brechas persistentes, pero avances en crecimiento inclusivo

25 marzo 2025

Un PIB más alto no garantiza beneficios compartidos ni un crecimiento sostenible. Para medir mejor la prosperidad, UNCTAD lo combina con datos sobre condiciones de vida, igualdad y medio ambiente.

Durante casi 80 años, el Producto Interno Bruto (PIB) ha sido la principal referencia para medir la prosperidad. Pero una mayor producción económica no garantiza ni una distribución equitativa de los beneficios ni un crecimiento sostenible.

Para ofrecer una visión más completa, el Índice de Crecimiento Inclusivo (disponible en inglés) de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) combina el PIB con datos sobre condiciones de vida, igualdad y sostenibilidad medioambiental. Lanzado en 2022 y ampliado este año, el índice abarca 134 países que representan el 95% de la población mundial y el 97% del PIB global.

Nuevos datos publicados el 10 de marzo revelan que, aunque persisten grandes desigualdades, algunas brechas comienzan a reducirse y las fronteras tradicionales se difuminan.

Economías desarrolladas siguen duplicando el puntaje de las economías en desarrollo

En general, las economías más avanzadas logran un crecimiento más inclusivo. En promedio, las economías desarrolladas obtienen un puntaje casi el doble que las economías en desarrollo.

Luxemburgo, Noruega y Dinamarca encabezan el índice, con solo dos economías en desarrollo – Singapur y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) – entre los 30 primeros puestos.

Algunas economías en desarrollo muestran avances en la reducción de brechas

Un análisis más detallado revela buenos desempeños por parte de varias economías en desarrollo.

Singapur, por ejemplo, supera a muchas economías desarrolladas en condiciones de vida, con una puntuación de 97,1. De igual forma, Chile, China, Tailandia, los EAU y Uruguay obtienen puntajes superiores a 80, mucho más cercanos al valor medio de las economías desarrolladas (89,3) que a la del Sur global (46,4).

En igualdad, países en desarrollo como los EAU (91,4), Bielorrusia (87,4), Azerbaiyán (73,7) y China (71,4) igualan o superan el valor medio de las economías desarrolladas (73,5), superando ampliamente al valor medio de las economías en desarrollo (37,4).

Economías desarrolladas generan el doble de residuos per cápita

El índice destaca la urgente necesidad de romper el vínculo entre crecimiento económico, consumo de recursos y generación de residuos. Las economías desarrolladas generan aproximadamente el doble de residuos per cápita que las economías en desarrollo.

Por ejemplo, Luxemburgo, una de las economías con mejor desempeño, produce alrededor de 760 kilogramos de residuos sólidos municipales por persona al año – más de 2 kilogramos diarios. En contraste, la República Democrática Popular Lao, uno de los países menos adelantados, genera solo 50 kilogramos por persona al año, aproximadamente 0,15 kilogramos al día – el peso de una manzana.

Esto significa que, en promedio, una persona en Luxemburgo genera más de 15 veces más residuos que una persona en Laos. En general, los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo presentan las tasas más bajas de residuos per cápita.

Aunque el crecimiento económico y la densidad urbana suelen generar más residuos, Japón y La República de Corea (Corea del Sur) demuestran que una gestión eficaz es posible.

Sostenibilidad medioambiental varía ampliamente entre regiones

Las economías desarrolladas lideran en sostenibilidad, gracias a políticas más sólidas y mejor infraestructura. Sin embargo, sus puntajes revelan grandes diferencias de desempeño dentro del mismo grupo.

Algunas economías en desarrollo están cerrando la brecha. Singapur (66,5), Panamá (54,4) y la República Dominicana (52,3) se acercan a países como Irlanda (71,1), Dinamarca (70,0) y el Reino Unido (68,0), especialmente en eficiencia energética y gestión del carbono.

Al mismo tiempo, las diferencias regionales en el Sur global reflejan desafíos diversos.

América Latina y el Caribe, con un valor medio de 41,8, supera a otras regiones en desarrollo, aunque enfrenta obstáculos como la escasa inversión en infraestructura verde y una alta dependencia de los combustibles fósiles.

África (40,2) muestra una gran diversidad de resultados, con algunos países avanzando mientras otros enfrentan dificultades debido a políticas desiguales y recursos limitados. Asia y Oceanía (30,8) enfrentan desafíos significativos en sostenibilidad.