Desde el apoyo a la producción y el consumo responsables hasta la promoción de la circularidad y las alternativas sostenibles, el comercio debe ser parte de la solución a la contaminación por plásticos, no parte del problema.

© Shutterstock/Fotos593 | La contaminación plástica llega a las costas a lo largo del Canal de Panamá.
El última Global Trade Update muestra que la producción de plástico alcanzó los 436 millones de toneladas métricas en todo el mundo en 2023, con un valor comercial que superó los 1,1 mil millones de dólares y representó el 5 % del comercio total de mercancías.
A pesar de impulsar el crecimiento mundial en todos los sectores, los plásticos tienen un impacto muy negativo en la salud y en el medio ambiente del planeta.
Es alarmante que el 75 % de los plásticos producidos hasta ahora se hayan convertido en residuos y hayan acabado en su mayoría en los océanos y ecosistemas del mundo.
Esta contaminación también amenaza los sistemas alimentarios y el bienestar humano, especialmente en los pequeños países insulares y costeros en desarrollo, con una capacidad limitada para hacerle frente.
Los sustitutos y alternativas no plásticos ganan terreno, pero siguen sin explotarse en gran escala
También en 2023, el comercio mundial de sustitutos no plásticos alcanzó los 485 000 millones de dólares, con un crecimiento anual del 5,6 % en las economías en desarrollo.
Estos materiales sustitutos pueden reciclarse, ser biodegradables o convertirse en compost, y a menudo proceden de fuentes naturales como minerales, plantas o animales.
Pero para ampliar estas opciones, el mundo debe abordar una miríada de retos relacionados con los altos aranceles, y medidas no arancelarias, el acceso limitado al mercado y los débiles incentivos normativos.
Los aranceles abaratan los plásticos y desincentivan los sustitutos naturales
En las últimas tres décadas, los aranceles medios de la nación más favorecida (NMF) sobre los productos de plástico y caucho han bajado del 34 % al 7,2 %, lo que ha contribuido a abaratar considerablemente los plásticos derivados de combustibles fósiles.
Por el contrario, los aranceles NMF tienen un promedio del 14,4 % para los sustitutos no plásticos, como el bambú, las fibras naturales y las algas marinas.
Las disparidades corren el riesgo de obstaculizar la inversión en productos alternativos, socavar la innovación en los países en desarrollo y ralentizar la transición hacia la eliminación de los plásticos derivados de combustibles fósiles, advierte ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La fragmentación normativa dificulta una respuesta eficaz
Dado que el 98 % de los plásticos se derivan de combustibles fósiles, las emisiones y el daño medioambiental podrían seguir empeorando si no se controlan.
En respuesta a ello, muchos países utilizan medidas no arancelarias (MNA) para restringir el flujo de plásticos nocivos mediante prohibiciones, requisitos de etiquetado y normas de producto y su disposición post utilización.
Sin embargo, las normativas existentes difieren en sus requisitos, a veces incluso son incoherentes, lo que da lugar a un panorama fragmentado y a mayores costes de cumplimiento.
Las pequeñas empresas y los exportadores con bajos ingresos tienen especial dificultad en este sentido, lo que limita su capacidad para participar y beneficiarse del comercio sostenible.
El tan esperado tratado mundial está a punto de alcanzar la meta
La iniciativa mundial para acabar con la contaminación por plásticos para 2040 está cobrando un nuevo impulso.
Del 5 al 14 de agosto, los países se reunirán en Ginebra para la ronda final de negociaciones lideradas por la ONU, conocida como INC-5.2, con el objetivo de desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante contra la contaminación por plásticos.
El tratado abarcaría todo el ciclo de vida de los plásticos —producción, consumo y residuos— dentro de un marco justo y completo.
También supone una oportunidad crucial para integrar el comercio, las finanzas y los sistemas digitales en una respuesta global coherente.
Antes de las negociaciones de alto riesgo, ONU Comercio y Desarrollo subraya que un tratado exitoso debe incluir:
- Reformas arancelarias y de medidas no arancelarias para apoyar los sustitutos sostenibles a los plásticos.
- Inversión en gestión de residuos e infraestructura circular.
- Herramientas digitales para la trazabilidad y el cumplimiento de las normas aduaneras.
- Coherencia de las políticas en todos los acuerdos alcanzados a través de la Organización Mundial del Comercio, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Convenio de Basilea y los marcos regionales relacionados.