UNCTAD: el necesario incremento de financiamiento para adaptación al cambio climático debe afrontarse en la “COP 26”
El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2021 de la UNCTAD, presentado hoy, propone reformas al sistema financiero internacional para garantizar que fondos para adaptación al cambio climático fluyan a los países en desarrollo.
Publicado con miras a la cumbre climática COP26 de la ONU, el informe llama a un enfoque transformador para la adaptación climática, en el que las economías avanzadas deben garantizar que las instituciones multilaterales puedan ayudar a los países en desarrollo a gestionar las presiones de un clima cambiante sin comprometer sus objetivos de desarrollo.
Las estimaciones indican que los costos anuales de adaptación climática en los países en desarrollo podrían llegar a los $300 mil millones en 2030. Aún más, de no alcanzarse los objetivos de mitigación, el costo anual sumaría hasta $500 mil millones para 2050. Sin embargo, la financiación actual es menos de una cuarta parte de la cifra referenciada para 2030, y el informe advierte que depender de financiación privada ni alcanzará tal escala, ni tampoco llegará a los países más necesitados.
La Secretaria General de la UNCTAD, Rebeca Grynspan, dijo: “Cumplir con la promesa de $100 mil millones al año para el Fondo Verde para el Clima es una necesidad en Glasgow. Pero alinear la ambición y la acción requerirá un esfuerzo de reforma aun mayor y concertado a nivel multilateral. Es imprescindible garantizar la financiación adecuada para que los países en desarrollo se adapten a los efectos cada vez más graves del incesante cambio climático. El cambio climático no tiene fronteras, por lo que nuestra estrategia para adaptarnos a él debe estar coordinada a nivel mundial”.
Reformas propuestas
El informe de la UNCTAD propone que las reformas se centren en lo siguiente:
- Los compromisos de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) deben cumplirse y superarse para aumentar la proporción de financiación adicional para adaptarse al cambio climático y generar resiliencia. Si los países del G7 hubieran cumplido la meta del 0,7% de AOD en 2020, habría una disponibilidad de $155 mil millones adicionales para cumplir los objetivos de desarrollo.
- El alivio y la restructuración de la deuda de los países en desarrollo deben figurar firmemente en la agenda climática. Un lugar obvio para comenzar sería la deuda del grupo V20 de países vulnerables al cambio climático; pero el vínculo existente entre las crisis climática y de la deuda pone en relieve la necesidad de reformas más sistémicas en la arquitectura internacional de la deuda.
- Los bancos multilaterales de desarrollo necesitan capital adicional para financiar la adaptación climática a través de subvenciones y préstamos en condiciones extremamente favorables. Estos podrían financiarse con un bono verde y un impuesto de tipo Tobin, o mediante la reorientación de subsidios a combustibles fósiles.
- Los mercados de bonos verdes son un mecanismo posible de financiación a largo plazo. Sin embargo, los estándares regulatorios van a la zaga del avance de estos mercados y el "lavado verde" es generalizado. Dada la magnitud del desafío, el marco regulatorio para el mercado de bonos verdes debe estar respaldado por disponibilidad de fondos y de personal adecuados, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Que el comercio sirva a la adaptación climática
El Informe señala con preocupación que muchas de las iniciativas de reforma del sistema de comercio internacional que ganan tracción siguen restando importancia a las profundas divisiones y asimetrías que actualmente estructuran la economía mundial.
Sugiere que las políticas comerciales de carácter nacional pueden, en el mejor de los casos, desempeñar un papel complementario en el logro de los objetivos climáticos, mientras que las reglas comerciales internacionales mal diseñadas obstaculizarán una transformación verde.
Al ampliar el espacio político con instrumentos legales como exenciones y cláusulas de paz en la Organización Mundial del Comercio (OMC) se podría ayudar mejor a los países en desarrollo a desplegar capacidades para avanzar hacia los objetivos climáticos.
Los países más pobres se enfrentan a pérdidas anuales de $ 15 mil millones
La UNCTAD advierte que el impulso para liberalizar el comercio de bienes y servicios ambientales beneficiará principalmente a los exportadores de los países desarrollados y limitará el espacio fiscal de los países en desarrollo.
El informe estima que los países en desarrollo y los países menos adelantados perderán $15.000 millones anuales en ingresos arancelarios si se aplicase dicho enfoque liberalizador.
Advierte contra el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés) que solo agravaría el daño del cambio climático en muchos países en desarrollo al socavar sus capacidades de exportación, haciendo aún más cuesta arriba el desafío de la transformación estructural.
La UNCTAD dice que las tecnologías ecológicas críticas deben clasificarse como bienes públicos y su acceso debe ser asequible para todos.
La comunidad internacional podría apoyar iniciativas para modificar las normas que rigen los derechos de propiedad intelectual, ampliando las flexibilidades del Acuerdo sobre los Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC; TRIPS por sus siglas en inglés) para los países en desarrollo, de modo que cubran bienes y servicios relacionados con el clima. Dicho apoyo podría darse, por ejemplo, a través de una Declaración sobre los ADPIC y Cambio Climático en una reunión ministerial de la OMC.
Esto ofrecería una plataforma que dé auge a mecanismos innovadores para promover el acceso a tecnologías verdes críticas protegidas por patentes para apoyar los esfuerzos de adaptación y mitigación.
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La UNCTAD publicó la primera parte del Informe en septiembre