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La economía mundial, la seguridad alimentaria y el suministro de energía corren un riesgo cada vez mayor debido a la vulnerabilidad de las principales rutas marítimas.
El Informe sobre el Transporte Marítimo 2024 revela que puntos críticos como el Canal de Panamá (que conecta los océanos Pacífico y Atlántico), el Mar Rojo y el Canal de Suez (que une el Mar Mediterráneo con el Océano Índico a través de la Península Arábiga) y el Mar Negro (un importante centro de exportación de cereales) están sometidos a una gran presión.
Una combinación de tensiones geopolíticas, impactos climáticos y conflictos han sacudido el comercio mundial, amenazando el funcionamiento de las cadenas de suministro marítimo.
Una recuperación incierta que oculta desafíos más profundos
El comercio marítimo, que creció un 2,4% en 2023 hasta alcanzar los 12.292 millones de toneladas, había empezado a recuperarse tras una contracción en 2022. Sin embargo, el futuro permanece incierto.
El informe prevé un modesto crecimiento del 2% para 2024, impulsado por la demanda de productos básicos a granel como el mineral de hierro, el carbón y el grano, junto con las mercancías contenerizadas.
Sin embargo, estas cifras ocultan retos más profundos. Se espera que el comercio de contenedores, que creció sólo un 0,3% en 2023, repunte un 3,5% en 2024, pero el crecimiento a largo plazo dependerá de cómo se adapte el sector a las perturbaciones actuales, como la guerra en Ucrania y el aumento de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio.
Mientras tanto, la oferta de capacidad de portacontenedores creció un 8,2% en 2023. Las interrupciones en los puntos de estrangulamiento marítimos clave, que aumentaron temporalmente la demanda de buques al alargar las rutas marítimas, han ayudado a aliviar el problema del exceso de capacidad.
Sin embargo, si las rutas marítimas vuelven a la normalidad, el desequilibrio entre oferta y demanda podría provocar un exceso de capacidad de los portacontenedores.
Principales recomendaciones
Dado que el sector marítimo se enfrenta a retos cada vez mayores, el informe insta a coordinar esfuerzos para navegar, adaptarse y prosperar en este complejo entorno.
Pide que se aborden las perturbaciones en los puntos de estrangulamiento marítimo, se invierta en un transporte marítimo ecológico y con bajas emisiones de carbono, se mejore la eficiencia y la adaptación de los puertos, se integre la facilitación del comercio para mejorar la conectividad con el interior y se luche contra el registro fraudulento de buques.
Además, el informe subraya la importancia de vigilar la evolución del mercado de fletes, evaluando las tendencias de las tarifas del transporte marítimo y sus repercusiones en las economías vulnerables. Tomando estas medidas, los países y sus industrias marítimas pueden construir un futuro más resistente y sostenible.