La región atrajo un nivel récord de 65.000 millones de dólares en inversiones extranjeras en 2024. Para mantener el impulso, se requieren mayores esfuerzos en integración económica, diversificación y resiliencia.
© Shutterstock/Vadim_N | Addis Abeba, Etiopía, miembro del Mercado Común del África Oriental y Austral (COMESA).
Desafiando una caída mundial de la inversión extranjera directa (IED), el Mercado Común de África Oriental y Austral, conocido por sus siglas como COMESA, logró avances notables.
Un nuevo informe de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) muestra que en 2024, las entradas de IED en las 21 economías de la región aumentaron en un 154%, alcanzando un máximo histórico de 65.000 millones de dólares.
Esto contrasta con una disminución del 11% en los flujos mundiales de IED durante el mismo período, junto con unas perspectivas globales moderadas para 2025.
Si bien el repunte se debió en gran medida al proyecto de desarrollo urbano Ras El-Hekma en Egipto, un análisis de UNCTAD encontró un impulso inversor fuerte y subyacente en África Oriental y Austral.
Porque incluso excluyendo el megaproyecto de Egipto, las entradas de IED a COMESA igualmente habrían aumentado un 16%, lo que indica resiliencia general y confianza de los inversores en la región.
La Secretaría de COMESA y la Agencia Regional de Inversiones colaboraron con UNCTAD para elaborar el informe, presentado el 4 de diciembre en Lusaka, Zambia.
COMESA: Un posicionamiento más sólido en el panorama mundial de la inversión
En 2024, COMESA duplicó su cuota de la IED mundial, pasando del 2% al 4%. La región representó el 7% de las entradas a todas las economías en desarrollo, frente al 3% del año anterior.
Un avance positivo para la infraestructura y los servicios públicos: los flujos de financiación internacional de proyectos (IPF) hacia COMESA aumentaron un 93% hasta 79.000 millones de dólares, representando el 80% del valor total en África.
Los sectores con mejor desempeño en IPF fueron la expansión de redes eléctricas, energías renovables y grandes proyectos de construcción, especialmente en Egipto, Túnez, Ruanda y Malawi.
Esto apunta al surgimiento de COMESA como destino atractivo para la inversión a largo plazo, particularmente en infraestructura intensiva en capital vinculada al desarrollo urbano y la transición hacia energías renovables.
Mientras tanto, la inversión de nueva planta (greenfield) en COMESA se mantuvo sólida, lo que significa que más empresas extranjeras están estableciendo nuevas operaciones en la región. En este sentido, el valor de los proyectos anunciados alcanzó 77.000 millones de dólares en 2024, el segundo registro más alto hasta la fecha.
La cifra representa dos tercios del valor greenfield de África, reforzando el papel de COMESA como motor principal del crecimiento económico del continente.
A pesar de un impulso sin precedentes, persisten desafíos estructurales
En 2024, solo cinco países miembros —Egipto, Etiopía, Uganda, República Democrática del Congo y Kenia— absorbieron el 90% de las entradas totales a COMESA, lo que genera preocupación sobre la inclusión y sostenibilidad de los actuales patrones de crecimiento.
La inversión intra-COMESA siguió siendo especialmente débil, dado que solo el 3% de los proyectos greenfield por volumen y el 6% por valor se originaron dentro del bloque.
La falta de una participación más amplia podría implicar mayores desigualdades y una integración económica más lenta para la región, advierte el informe.
Los patrones de inversión divergieron marcadamente entre sectores
En 2024, las inversiones extranjeras en el sector de la construcción de COMESA aumentaron casi cinco veces, impulsadas en gran parte por Egipto, y crecieron un 75% en metales básicos, reflejando una fuerte demanda del sector manufacturero e infraestructura.
Los sectores de suministro de energía y gas registraron un aumento del 22%, manteniéndose como los principales receptores de IED dentro de COMESA.
En contraste, el informe señala volatilidad en los flujos de capital ligados a la tecnología. La IED en extractivas cayó un 61% tras dos años sólidos y un 55% en tecnologías de la información y comunicación (TIC), después de un pico excepcional en 2023.
También hubo resultados dispares en los sectores vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La IED en sectores de energías renovables se disparó un 67% y un 130% en sectores relacionados con el capital humano, como salud y educación.
Sin embargo, persisten importantes brechas, ya que la inversión extranjera en los sistemas agroalimentarios cayó un 34% y un 76% en agua y saneamiento.
A pesar del aumento general de la financiación de proyectos, la inversión en infraestructura retrocedió un 54%, lo que indica restricciones persistentes de financiación en sectores esenciales para el desarrollo.
Orientaciones de política
El informe de UNCTAD señala cinco prioridades para que las economías de COMESA sigan fortaleciendo la inversión para un desarrollo sostenible e inclusivo, que incluyen:
- Ampliar la base de inversión más allá de un pequeño grupo de economías.
- Acelerar la industrialización a través de manufactura con valor agregado y el desarrollo de proveedores locales.
- Escalar la infraestructura digital para cerrar una creciente brecha de inversión en TIC.
- Mayor atención a los sectores de capital humano, respaldada por financiación innovadora y combinada, para potenciar la inversión en sectores de desarrollo sostenible.
- Mejorar la presentación de datos para respaldar la formulación de políticas basada en evidencia.
