Factores externos a las economías influyen cada vez más en las decisiones de inversión. Esto está excluyendo a las economías más pequeñas y obstaculizando el desarrollo sustentado en la IED.
Un nuevo informe de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) destaca los importantes cambios en la inversión extranjera directa (IED) a nivel mundial. Estos cambios están marcados por las tendencias de las cadenas de valor mundiales, los avances tecnológicos, la dinámica geopolítica y las preocupaciones medioambientales.
El informe "Fragmentación económica global y cambios en los patrones de inversión", (disponible en inglés) advierte que factores más allá de los determinantes económicos están moldeando cada vez más las decisiones de inversión, complicando los enfoques estándar de promoción de la inversión.
Cinco gráficos ilustran el impacto de estos cambios en el desarrollo basado en la IED.
La IED lucha por mantener el ritmo del PIB y el comercio
El crecimiento de la IED y de las cadenas de valor mundiales (CVM) ya no está alineado con el del PIB y el comercio, lo que indica un cambio significativo en la economía global.
Desde 2010, el PIB y el comercio mundiales han crecido anualmente en un promedio de 3,4% y el 4,2%, respectivamente, incluso en medio de crecientes tensiones comerciales. En contraste, el crecimiento de la IED se ha estancado cerca de cero.
Este rezago refleja una mayor cautela de los inversores debido a cambios en la producción internacional y las CVM, el aumento del proteccionismo y las crecientes tensiones geopolíticas.
También que los países en desarrollo que dependen de la IED para su desarrollo económico son particularmente vulnerables a las fluctuaciones de los flujos de inversión global.
Transición de la manufactura a los servicios
La IED favorece cada vez más a los servicios, en detrimento de la industria manufacturera, ampliando la brecha entre ambos sectores.
Desde 2004 hasta 2023, la proporción de proyectos transfronterizos de nueva creación en el sector servicios aumentó del 66% al 81%. Simultáneamente, la inversión en servicios dentro de las industrias manufactureras casi se duplicó a cerca del 70%, impulsada por los rápidos avances tecnológicos.
En contraste, la IED en manufactura se estancó durante dos décadas antes de experimentar una caída significativa retroceso, con una tasa de crecimiento anual compuesta negativa del -12% en los tres años posteriores al brote de COVID-19.
La expansión del sector servicios beneficia principalmente a las economías en desarrollo más grandes que pueden competir eficazmente, creando un desequilibrio que deja en desventaja a las más pequeñas.
Además, la disminución de los flujos de IED hacia la manufactura obstaculiza seriamente la capacidad de las economías menos desarrolladas para mejorar los métodos de producción y adoptar nuevas tecnologías.
Las tensiones geopolíticas afectan cada vez más a los flujos de IED
Los conflictos y crisis globales recientes han alterado los patrones habituales de inversión, resultando en relaciones de inversión inestables y restringiendo las oportunidades de beneficiarse de la diversificación estratégica.
La inversión entre países geopolíticamente distantes —aquellos con intereses políticos o políticas exteriores divergentes— ha disminuido del 23% en 2013 al 13% en 2022.
Esta tendencia se ha acentuado particularmente en el sector manufacturero, a medida que las tensiones comerciales se intensificaron a partir de 2019.
La inversión en tecnologías medioambientales se dispara
A medida que aumenta la preocupación por el cambio climático, la IED en tecnologías ambientales, como la energía eólica y solar, ha surgido como el sector de más rápido crecimiento fuera de los servicios.
Su participación en el total de nuevas iniciativas en sectores no relacionados con servicios ha escalado del 1% al 20% en las últimas dos décadas. De forma similar, los proyectos de IED en la fabricación de vehículos eléctricos y baterías han crecido un 27% anual desde 2016.
Más allá del sector de la energía verde, se espera que otras tecnologías medioambientales, desde la producción de hidrógeno hasta los combustibles de aviación sostenibles y los envases ecológicos, abran nuevas oportunidades para que los países atraigan inversiones y desarrollen nuevas industrias.
No obstante, el aumento de la IED en tecnologías medioambientales solo compensa parcialmente la disminución de las inversiones en otros sectores manufactureros.
Además, la concentración en sectores de alta tecnología beneficia principalmente a las economías desarrolladas, mientras que las economías más pequeñas y menos desarrolladas continúan haciendo frente a una reducción de la IED en sectores tradicionales.
Se agrava la marginación de los países menos desarrollados
Los flujos de inversión global favorecen cada vez más a sectores en países desarrollados y los principales mercados emergentes. Este enfoque ajustado tiende a excluir a los países más pequeños y menos desarrollados, agravando sus vulnerabilidades económicas.
La participación del total de proyectos de IED completamente nuevos en los países menos adelantados (PMA) ha caído del 3% a mediados de la década de 2010 a solo el 1%. Además, la IED en países de renta baja y media-baja ha disminuido en un tercio en las últimas dos décadas.
Este enfoque restrictivo de la IED, tanto geográfica como sectorialmente, margina a los países más pequeños y menos desarrollados, aumentando su fragilidad económica y socavando sus aspiraciones de crecimiento sostenido y desarrollo económico.
Recomendaciones clave
ONU Comercio y Desarrollo pide acción inmediata para asegurar que los beneficios de la inversión se distribuyan de manera más equitativa y estén alineados con los objetivos de desarrollo generales.
Para las instituciones globales:
- Proporcionar apoyo financiero y estratégico a los países en desarrollo, especialmente a los PMA, para revisar sus estrategias de desarrollo basadas en la IED y las CVM y mejorar su atractivo para los inversores extranjeros.
- Fortalecer la cooperación internacional para gestionar los riesgos geopolíticos, aliviar las tensiones y garantizar un clima de inversión estable y abierto.
Para los gobiernos de los países en desarrollo:
- Revisar sus estrategias de desarrollo económico, ya que la dependencia tradicional de las inversiones en manufactura ya no garantiza un crecimiento económico sostenido y desarrollo económico.
- Consolidar los vínculos con países vecinos y cooperar a nivel regional para fortalecer las cadenas de valor regionales.
- Fomentar inversiones en tecnologías sostenibles y verdes, así como en otros sectores impulsados por la sostenibilidad y consideraciones políticas.