A través de la investigación y el desarrollo de capacidades, UNCTAD apoya a África para convertir la riqueza mineral en beneficios para el desarrollo, promoviendo industrias competitivas y resiliencia económica.
© Shutterstock/NathanAN | Trabajadores mineros en Sierra Leona.
Para la África rica en minerales, ha llegado el momento de repensar la minería, los metales y los minerales para un futuro resiliente, subrayaron los expertos en una reunión intergubernamental organizada por ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) del 3 al 5 de noviembre.
Desde la extracción hasta la generación de valor agregado, el debate exploró vías para construir industrias competitivas y capacidades productivas en el continente.
A medida que el mundo avanza hacia la energía renovable, la creciente demanda de minerales críticos para la transición energética representa tanto oportunidades como riesgos para África.
El continente es abundante en estos materiales: 48,1% de cobalto, 47,7% de manganeso, 21,6% de grafito natural, 5,9% de cobre, 5,6% de níquel, 1% de litio y 0,6% de mineral de hierro a nivel mundial.
Pero las exportaciones africanas, principalmente de minerales sin procesar, han limitado durante mucho tiempo la creación de empleo, debilitado las industrias y dejado a los países vulnerables a las fluctuaciones de los precios mundiales de los productos básicos.
Qué está haciendo UNCTAD para ayudar
Con financiación de apoyo de Japón, un proyecto dirigido por UNCTAD está ayudando a Madagascar, Namibia y Zambia a identificar sectores de alto potencial –dentro y fuera de las cadenas de valor de minerales críticos– para agregar valor y diversificar las actividades económicas.
Combina el análisis de complejidad económica y espacio de productos con los conocimientos e ideas de expertos nacionales de la industria para identificar potenciales productos nuevos para la diversificación y orientar la formulación de políticas basadas en datos.
En Zambia, por ejemplo, los primeros hallazgos indican oportunidades de exportación que podrían superar los 1.000 millones de dólares, vinculadas a productos más complejos y competitivos.
El trabajo se sustenta en la metodología analítica de UNCTAD, que ofrece perspectivas sobre cómo los países pueden desarrollar las capacidades necesarias para estimular nuevas industrias y evitar la estancación en segmentos de bajo valor.
Al identificar rutas viables para la diversificación, los gobiernos pueden priorizar las competencias, la infraestructura, la financiación y la regulación necesarias para el crecimiento industrial verde.
