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Inversiones extranjeras: tendencias divergentes en medio de desafíos globales

20 enero 2025

Se calcula que la inversión extranjera directa se redujo un 8% en 2024, lo que supone un reto para el progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que dependen en gran medida de la financiación internacional de proyectos.

A factory manufacturing integrated circuits in Uttar Pradesh State, India.
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© Shutterstock/PradeepGaurs | Una fábrica de circuitos integrados en el estado indio de Uttar Pradesh. Megaproyectos Los megaproyectos de semiconductores impulsaron en gran medida las inversiones mundiales en nuevas instalaciones en 2024.

La inversión extranjera directa (IED) se encuentra en una encrucijada, según el último Global Investment Trends Monitor (Monitor de tendencias de la inversión global) publicado por ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) el 20 de enero.

En 2024, la IED mundial aumentó un 11%, hasta unos 1,4 billones de dólares, pero descendió un 8% si se excluyen los flujos a través de las economías de tránsito europeas -que a menudo sirven como puntos de transferencia para las inversiones antes de que lleguen a su destino final-, lo que refleja un mundo que se enfrenta a una dinámica económica cambiante y a incertidumbres persistentes.

Economías desarrolladas: Una historia de dos regiones

Las economías desarrolladas experimentaron fuertes contrastes. América del Norte registró un aumento del 13% de la IED, impulsada por un incremento del 80% de las fusiones y adquisiciones estadounidenses. El valor de los proyectos totalmente nuevos (nuevas inversiones en mercados extranjeros) aumentó un 93% en EE.UU., alcanzando los 266.000 millones de dólares, impulsado por los megaproyectos de semiconductores. El Reino Unido también experimentó un aumento del 32%, hasta 85.000 millones de dólares, e Italia registró un notable incremento del 71%, hasta 43.000 millones de dólares.

Europa, sin embargo, experimentó fuertes descensos. La IED cayó un 45% si se excluyen las economías de tránsito, y 18 de los 27 países de la Unión Europea registraron descensos. La IED de Alemania cayó un 60% y la de Italia un 35%. Incluso las inversiones en nuevas instalaciones, vitales para el crecimiento futuro, cayeron un 10% en toda Europa, aunque la región registró un aumento del 15% en el valor total de los proyectos, lo que indica la importancia de unos pocos proyectos a gran escala.

La financiación internacional de proyectos -impulsor clave de las inversiones en infraestructuras y energía- también se enfrentó a dificultades, con un descenso del 26% en número de operaciones y de casi un tercio en valor en las economías desarrolladas.

Economías en desarrollo: Señales mixtas

En las economías en desarrollo, la IED cayó un 2%, marcando el segundo descenso anual consecutivo. Esta caída amenaza el progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que dependen en gran medida de la financiación internacional. Las inversiones relacionadas con los ODS cayeron un 11% a nivel mundial en 2024, con menos proyectos en agroalimentación, infraestructuras y agua y saneamiento que en 2015, cuando se adoptaron los objetivos.

Asia, el mayor receptor de IED entre las regiones en desarrollo, vio disminuir las entradas en un 7%. China sufrió una caída del 29%, situándose ahora un 40% por debajo de su máximo de 2022. En cambio, India registró un aumento del 13% de la IED, impulsado por el crecimiento de los anuncios de proyectos totalmente nuevos. Mientras tanto, los países de la ASEAN (Birmania, Brunéi Darussalam, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Viet Nam) experimentaron un modesto crecimiento, con un aumento de la IED del 2% hasta alcanzar la cifra récord de 235.000 millones de dólares.

En América Latina y el Caribe, la IED disminuyó un 9%, con una caída del 5% en Brasil. Sin embargo, el número y el valor de los proyectos totalmente nuevos aumentaron en Brasil, Argentina y Colombia, lo que indica una posible recuperación futura. La IED de México aumentó un 11%, a pesar de los anuncios de proyectos regionales más débiles, mostrando resistencia frente a retos más amplios.

África se destacó, registrando un aumento del 84% de la IED, hasta 94.000 millones de dólares, debido en gran medida a un único megaproyecto en Egipto. Excluyendo este proyecto, la IED del continente aumentó un 23%, aunque la cifra global siguió siendo modesta, 50.000 millones de dólares.

El camino por recorrer: Cauteloso optimismo

De cara a 2025, se espera un crecimiento moderado de la IED, respaldado por la mejora de las condiciones de financiación y una renovada actividad de fusiones y adquisiciones. Sin embargo, los riesgos e incertidumbres -incluidas las tensiones geopolíticas y la inestabilidad económica mundial- plantean importantes retos.

El continuo descenso de las inversiones en nuevas instalaciones y de la financiación de proyectos internacionales subraya la necesidad de estrategias sólidas y diversificadas para atraer y mantener la inversión, especialmente en sectores críticos para el desarrollo sostenible. Tanto para las economías desarrolladas como para las que están en vías de desarrollo, es mucho lo que está en juego en este complejo panorama.