En la conferencia se analizarán las causas de la actual crisis de desarrollo impulsada por la deuda, y cómo mejorar la resiliencia y la gestión de riesgos en medio de la creciente incertidumbre mundial.

© Shutterstock/sntes | Mujeres recorren kilómetros para conseguir agua potable en Baidoa, Somalia. La carga de la deuda pública puede mermar la capacidad de los países para invertir en servicios e infraestructuras esenciales.
Los gobiernos se enfrentan a costos de la deuda desorbitados que asfixian las finanzas públicas y paralizan el desarrollo.
De camino a la 4ª Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FfD4), la conferencia bienal sobre la deuda de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) sentará las bases para encontrar soluciones urgentes.
La 14ª Conferencia Internacional sobre Gestión de la Deuda, que se celebrará del 17 al 19 de marzo en Ginebra, será una plataforma para debatir y compartir experiencias sobre los avances y retos críticos a los que se enfrentan los países en desarrollo a la hora de gestionar la deuda pública en el actual contexto económico mundial.
Reunirá a gobiernos, altos responsables de la gestión de la deuda, académicos, empresas, sociedad civil y organizaciones internacionales, para abordar uno de los mayores retos económicos de nuestro tiempo: cómo gestionar la deuda pública sin frenar el desarrollo.
Tras el evento, el grupo consultivo del Sistema de Gestión y Análisis de la Deuda (SIGADE) de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo se reunirá para revisar los esfuerzos de capacitación y establecer prioridades estratégicas para la gestión de la deuda en todo el mundo.
El SIGADE ha sido un actor clave en este ámbito durante más de 45 años, ayudando a más de 75 gobiernos a desarrollar sistemas sólidos de gestión de la deuda para mejorar la transparencia, la gobernanza y la estabilidad económica.
Esto es lo que hay que ver en la conferencia.
¿Por qué es importante esta conferencia?
La conferencia destacará las estrategias para prevenir las dificultades de la deuda y garantizar al mismo tiempo un desarrollo sostenible.
Aunque la deuda pública es una herramienta fundamental para el desarrollo, el aumento del costo del servicio de la deuda ejerce presión sobre los presupuestos gubernamentales, dejando poco margen para inversiones esenciales.
Hoy en día, muchos países en desarrollo se están hundiendo en una crisis de desarrollo impulsada por la deuda, con una deuda externa que alcanzará la cifra récord de 11,4 billones de dólares en 2023, el 99% de sus ingresos de exportación.
La conferencia analizará los principales motores de la actual crisis de la deuda y explorará formas de reforzar la resiliencia y la gestión del riesgo.
También contribuirá a configurar la agenda mundial sobre la financiación para el desarrollo -de la que la deuda es un elemento fundamental- de cara a la conferencia FfD4, liderada por la ONU, que se celebrará a mediados de 2025.
La actual crisis de la deuda: ¿Qué está en juego?
Desde 2017, la sostenibilidad de la deuda en las naciones en desarrollo ha empeorado a medida que los pagos de intereses superan los ingresos del gobierno. Más de la mitad de los 68 países elegibles para el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza del FMI se enfrentan ahora a problemas de deuda, el doble que en 2015.
Las perturbaciones mundiales -desde el COVID-19 y las tensiones geopolíticas hasta la crisis del coste de la vida y los desastres climáticos- han debilitado aún más las finanzas públicas. En la actualidad, unos 3.300 millones de personas viven en países que gastan más en el pago de la deuda que en educación o sanidad.
Como resultado, aunque los países no estén incumpliendo el pago de su deuda, sí lo están haciendo con su desarrollo.
¿Qué nuevas soluciones surgirán?
Uno de los aspectos más destacados será el lanzamiento de DMFAS 7, la última versión del avanzado programa informático de gestión de la deuda de ONU Comercio y Desarrollo.
El sistema actualizado ofrece herramientas avanzadas para el registro, seguimiento y notificación de la deuda, con una mayor seguridad, una cobertura de datos más amplia y una interfaz de usuario rediseñada y fácil de usar.
Esta nueva versión pretende permitir procesos más eficientes, transparentes y fiables, ayudando a garantizar que los gobiernos puedan gestionar la deuda eficazmente sin comprometer sus objetivos de desarrollo.
Hasta la fecha, el SIGADE está operativo en más de 80 instituciones de 60 países.