Los exportadores de los países en desarrollo suelen enfrentar aranceles más altos sobre los productos terminados que sobre las materias primas, lo que desalienta la creación de valor, el desarrollo industrial y la generación de empleo.
La creación de un sistema comercial internacional basado en normas ha contribuido a una disminución gradual de los aranceles – impuestos fronterizos sobre bienes importados –, lo que ha ayudado a impulsar el comercio internacional. En 2023, cerca de dos tercios del comercio mundial se realizó libre de aranceles.
Sin embargo, el tercio restante todavía enfrenta niveles arancelarios elevados, que afectan de manera desproporcionada a las economías en desarrollo y reducen la competitividad de sus exportaciones en los mercados globales.
Según el más reciente Global Trade Update (Actualización sobre el Comercio Global) de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en 2023 los exportadores de países desarrollados enfrentaron aranceles promedio del 1,9%, frente al 3,9% para las exportaciones de América Latina y Asia Meridional, el 3,3% en Asia Oriental y el 1,9% en África. Las exportaciones africanas se benefician generalmente de acuerdos comerciales preferenciales con los países desarrollados.
La agricultura y la manufactura son los sectores más afectados
En el sector agrícola, las exportaciones de los países en desarrollo suelen enfrentar aranceles elevados, especialmente bajo el régimen de Nación Más Favorecida —el tratamiento estándar que se aplica salvo que exista un acuerdo comercial específico.
En la manufactura, las tarifas varían, pero productos clave como los textiles y las prendas de vestir enfrentan tasas cercanas al 6%, lo que limita la competitividad de muchos países de bajos ingresos.
La “escalada arancelaria” frena el desarrollo económico
No solo importa el nivel de los aranceles, sino también cómo se aplican. Muchos países en desarrollo enfrentan lo que se conoce como “escalada arancelaria”, es decir, tasas más altas sobre productos procesados o terminados que sobre las materias primas utilizadas para fabricarlos.
Esta práctica frena el crecimiento industrial, mantiene a las economías en desarrollo como proveedoras de materias primas y reduce sus oportunidades de avanzar en la cadena de valor, generar empleo y diversificar su economía.
La escalada arancelaria está presente en la mayoría de los sectores, incluidos algunos fundamentales para las economías en desarrollo, como el de las prendas de vestir, los productos animales, el curtido de pieles y la manufactura ligera.
El comercio regional ofrece nuevas oportunidades
El informe destaca que las cadenas de valor regionales pueden ofrecer oportunidades a los países en desarrollo. Dentro de los bloques regionales, los márgenes arancelarios suelen ser más favorables y la demanda va en aumento.
En África, por ejemplo, el comercio intrarregional ofrece una ventaja de 4,6 puntos porcentuales en comparación con el comercio extrarregional, mientras que en América Latina la diferencia es de 3 puntos. No obstante, persisten barreras internas: África y Asia Meridional siguen manteniendo algunos de los aranceles intrarregionales más altos. En algunos casos, los exportadores africanos enfrentan aranceles más bajos en los mercados desarrollados que dentro de su propia región.
Un obstáculo persistente para el desarrollo
A pesar de décadas de liberalización comercial, los aranceles siguen restringiendo el acceso a los mercados, desincentivando la producción con valor agregado y ralentizando la transformación económica de muchos países en desarrollo.
Comprender el impacto de los aranceles en el comercio y el desarrollo es esencial para diseñar políticas que promuevan un crecimiento sostenible.