
La inseguridad alimentaria mundial ha aumentado drásticamente en los últimos años, revirtiendo décadas de progreso en la lucha contra el hambre. Los conflictos, el cambio climático, la pobreza y la inestabilidad económica están impulsando esta crisis, amenazando el objetivo global de erradicar el hambre.
- Más de 280 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria aguda, una emergencia que pone vidas en riesgo inmediato.
- Alrededor de 733 millones sufren de inseguridad alimentaria crónica, una falta persistente de alimentos seguros y nutritivos, lo que representa un aumento de 150 millones desde 2019.
- Sin acción inmediata, 582 millones podrían enfrentar hambre crónica para 2030.
Este informe examina cómo el comercio puede ayudar a combatir la inseguridad alimentaria y prevenir hambrunas, proponiendo acciones para estabilizar los sistemas alimentarios y fortalecer la resiliencia frente a futuras crisis.
Causas de la inseguridad alimentaria y la hambruna
Las causas de la inseguridad alimentaria aguda son complejas y están interconectadas:
- Conflictos armados son la principal causa de inseguridad alimentaria aguda, afectando a 134.5 millones de personas en 20 países en 2022, casi la mitad de los casos globales. Casi todas las personas que enfrentaron hambrunas en 2023 vivían en países afectados por conflictos armados.
- Choques socioeconómicos, pobreza e inequidad son factores clave que afectaron a 84 millones de personas en 27 países en 2022, frente a 30 millones en 2021.
- El cambio climático impulsa cada vez más la inseguridad alimentaria aguda. Fenómenos meteorológicos extremos provocaron hambre para 77 millones de personas en 18 países, frente a 57 millones en 12 países anteriormente.
El impacto del comercio en la seguridad alimentaria y el alivio de la hambruna
El comercio puede aumentar el suministro de alimentos, reducir precios y mejorar el acceso a alimentos diversos y nutritivos. También actúa como salvaguarda frente a crisis locales como sequías o conflictos, mientras fortalece la resiliencia económica.
- Los países africanos dependen de las importaciones para el 30% de sus necesidades de cereales, lo que subraya el papel del comercio en el abastecimiento de alimentos.
- La Iniciativa del Mar Negro demostró el papel del comercio en la estabilización del suministro y los mercados de alimentos. Durante la guerra en Ucrania, las Naciones Unidas y Türkiye negociaron un acuerdo que permitió las exportaciones de alimentos y fertilizantes desde Ucrania y Rusia, ayudando a reducir el Índice de Precios de Alimentos de la FAO en un 23%.
Sin embargo, el comercio también puede aumentar precios y vulnerabilidades, especialmente en países altamente dependientes de importaciones:
- Los aranceles y las medidas no arancelarias, como los estándares sanitarios, pueden encarecer los alimentos importados. Por ejemplo, las medidas no arancelarias pueden aumentar los costos en un 20%.
- La excesiva dependencia de las importaciones expone a los países a picos de precios globales o interrupciones en las cadenas de suministro. Los países que enfrentan inseguridad alimentaria aguda suelen depender en gran medida de las importaciones. Por ejemplo, Yemen depende de las importaciones para el 93% de sus necesidades de cereales, y Haití para el 86%.
Acciones y recomendaciones clave para la política comercial
El informe destaca la necesidad de políticas específicas para reducir los costos relacionados con el comercio y estabilizar los precios de los alimentos. También hace un llamado a una mayor cooperación global para construir sistemas alimentarios resilientes y fomentar una producción agrícola sostenible, especialmente en países vulnerables.
Acciones clave incluyen:
- Reducir barreras comerciales eliminando aranceles y abordando los costos ocultos de las medidas no arancelarias en países con inseguridad alimentaria.
- Facilitar el acceso a alimentos durante las crisis eliminando aranceles sobre la ayuda alimentaria y restringiendo las prohibiciones de exportación.
- Fortalecer el comercio y la cooperación regional para acortar cadenas de suministro y reducir vulnerabilidades frente a disrupciones globales.
- Aumentar la capacidad exportadora en países vulnerables mediante asistencia técnica para cumplir con estándares internacionales.
- Invertir en infraestructura comercial, como puertos, redes de transporte y almacenamiento, para reducir costos, especialmente en países de bajos ingresos.
- Apoyar prácticas agrícolas sostenibles y resilientes en países en desarrollo para reducir vulnerabilidades frente al cambio climático y fluctuaciones del mercado global.
Con acciones decididas y colaborativas, un mundo libre de hambre está al alcance. El comercio no solo puede abordar los desafíos actuales, sino también crear un sistema alimentario global sostenible y equitativo para el futuro.