Informe sobre Comercio y Desarrollo 2025: al borde del abismo – el comercio, las finanzas y la remodelación de la economía mundial
A simple vista, el comercio mundial parece resistente. Las mercancías siguen circulando, las cadenas de suministro se están adaptando y los intercambios crecieron alrededor de un 4 % a comienzos de 2025, incluso en medio de subidas arancelarias y tensiones geopolíticas.
Pero bajo la superficie opera un sistema volátil que sostiene el comercio, basado más en balances y flujos financieros que en las propias cadenas de suministro.
- Detrás de cada envío hay una línea de crédito.
- Detrás de cada contenedor, un tipo de cambio.
- Detrás de cada ruta comercial, una red bancaria.
Hoy, más del 90 % del comercio mundial depende del financiamiento del comercio. Esto significa que los bancos, las plataformas que compensan transacciones y los instrumentos financieros complejos —como los derivados— determinan quién puede comerciar, en qué condiciones y a qué costo.
Sin embargo, a diferencia del comercio, las finanzas mundiales siguen altamente concentradas, dejando a gran parte del Sur global en los márgenes.
El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2025 muestra cómo el vínculo cada vez más estrecho entre comercio y finanzas está redefiniendo las oportunidades globales, y por qué los mayores riesgos recaen en los países en desarrollo.
El comercio no es solo la concatenación de proveedores. También es la concatenación de líneas de crédito, sistemas de pago, mercados cambiarios y flujos de capital.”
Rebeca Grynspan, Secretaria General de ONU Comercio y Desarrollo
La resiliencia fugaz de 2025
El año 2025 comenzó con lo que parecía una recuperación, impulsada tanto por el adelanto de envíos antes de nuevos aranceles como por el aumento de las inversiones vinculadas a la inteligencia artificial.
Pero si se excluyen estos factores temporales, el crecimiento del comercio mundial en la primera mitad de 2025 baja del 4 % a entre 2,5 % y 3,0 %, lo que apunta a un próximo enfriamiento.
Se prevé que el crecimiento económico mundial se desacelere del 2,9 % en 2024 al 2,6 % en 2025 y 2026, alejándose aún más de la tendencia previa a la pandemia (3 %) y del ritmo anterior a la crisis financiera (4,4 %).
Comercio y financiarización
La financiarización implica que las finanzas desempeñan hoy un papel mucho mayor en la economía mundial. Los mercados financieros, las instituciones y los incentivos financieros influyen cada vez más en la producción y el comercio de bienes y servicios.
En consecuencia, el comercio se ha vuelto más sensible a factores financieros como los movimientos en los tipos de interés o los cambios en el sentimiento de los inversionistas. Hoy, el comercio mundial sube y baja al ritmo del ciclo financiero global.
Para los países en desarrollo, esto genera vulnerabilidades claras:
- La volatilidad cambiaria puede encarecer las importaciones y el pago de la deuda.
- Las variaciones en el apetito global por el riesgo pueden cortar el crédito a los exportadores.
- La volatilidad financiera golpea sus mercados con mayor frecuencia e intensidad.
El predominio persistente del dólar
La situación inusual de un dólar debilitado mientras aumentan los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos podría indicar una menor demanda a corto plazo de activos estadounidenses.
Pero el panorama general permanece intacto: el dominio del dólar continúa.
Además de representar casi el 60 % de las reservas mundiales de divisas, varios indicadores muestran la profundidad de su papel:
- La participación del dólar en los pagos SWIFT – el sistema global de mensajería bancaria – subió de 39 % a 50 % en apenas cinco años, reforzando su función como columna vertebral de las transacciones internacionales.
- Casi el 90 % del comercio mundial de divisas involucra al dólar.
- Estados Unidos concentra el 50 % del valor del mercado global de acciones, donde las empresas captan capital.
- También posee el 40 % del mercado mundial de bonos, que financia a gobiernos y grandes inversiones.
- Aproximadamente la mitad de los activos de inversión globales están denominados en dólares.
Financiarización y Sur global
El Sur global se ha vuelto central en el comercio y la producción mundiales. Los países en desarrollo representan ahora más del 40 % de la producción mundial y del comercio de mercancías, así como casi el 60 % de las entradas mundiales de inversión extranjera directa, frente al 22 % de mediados de los años 2000.
Pero su participación en los mercados financieros globales sigue siendo limitada – en torno al 25 %, y en descenso. Esta brecha frena su capacidad de desarrollo.
Puntos clave:
- Tienen mercados de capital más pequeños y menos líquidos, lo que dificulta la financiación empresarial y reduce la profundidad del mercado.
- Pagan costos de endeudamiento mucho más altos, desviando recursos que podrían destinarse a empleo, infraestructura o servicios públicos.
- Enfrentan oscilaciones más severas en el sentimiento de los inversionistas: cuando suben las tasas globales o aumenta la aversión al riesgo, el capital puede salir rápidamente, encareciendo el financiamiento, debilitando las monedas y amplificando las tensiones financieras.
Construir resiliencia sin profundizar las fracturas
El informe propone una estrategia integrada que combine comercio, finanzas y política climática, basada en cinco prioridades:
- Reformar el sistema financiero mundial para apoyar a los países vulnerables al clima. La deuda y el clima están ya entrelazados. Sin reformas profundas, los choques climáticos empujarán a más países a situaciones de sobreendeudamiento.
- Ampliar la cooperación financiera regional. Los mercados regionales de bonos, los sistemas de pago y los fondos de desarrollo pueden abaratar la financiación y reducir la dependencia de los mercados globales volátiles.
- Fortalecer los ecosistemas financieros nacionales, especialmente los pagos digitales y los mercados de capitales, para movilizar recursos y financiar la transición ecológica.
- Abordar los riesgos financieros emergentes fuera del sector bancario, como la banca en la sombra, la titrización y los altos niveles de apalancamiento en los mercados de materias primas.
- Promover un “multilateralismo en red”. Un sistema global fragmentado aumenta la incertidumbre y no puede garantizar un comercio previsible ni unas finanzas estables. Una gobernanza más inclusiva es esencial. Los países en desarrollo necesitan una voz más fuerte en la configuración de las reglas comerciales y financieras.
