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Un activo líquido: replantearse el uso del agua en las grandes fábricas mundiales

20 marzo 2025

Varios proyectos de la ONU están demostrando un potencial significativo en la transición hacia a una producción respetuosa con el medio ambiente en sectores con alto consumo de agua, al tiempo que mantienen un crecimiento impulsado por el comercio.

Industrial effluent discharge from a textile factory in Lahore, Pakistan.
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© ONU Comercio y Desarrollo/Henrique Pacini | Vertido de efluentes industriales de una fábrica textil en Lahore, Pakistán.

El Día Mundial del Agua, que se celebra anualmente el 22 de marzo, conmemora este precioso recurso crucial para la salud pública, la industria y el desarrollo sostenible.

Pero en todo el mundo, los sistemas hídricos están sometidos a una presión cada vez mayor debido al consumo excesivo, la contaminación industrial y los efectos del cambio climático, lo que pone en peligro el bienestar de unos 2.200 millones de personas.

Para hacer frente a estos retos, ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) trabaja con socios mundiales para garantizar que el crecimiento económico y la sostenibilidad puedan ir de la mano en las regiones con escasez de agua.

A través del Programa de Fabricación Sostenible y Contaminación Ambiental (SMEP) -financiado por el Reino Unido- se han puesto en marcha 27 proyectos en África y Asia para ayudar a mejorar los procesos de uso eficiente del agua y la gestión de residuos para una producción y un consumo sostenibles.

Estas necesidades son especialmente relevantes para Pakistán, una de las naciones con mayor inseguridad hídrica del mundo, aunque muy dependiente de la industria textil, la cuel es intensa en el uso del agua.

“En Pakistán, el agua es el insumo   más caro en los procesos de fabricación textil”, afirma Sohail Naqvi, del Fondo Mundial para la Naturaleza, organismo asociado al programa SMEP.

Pakistán: El agua alimenta las industrias, pero la escasez y la contaminación plantean retos

Los datos más recientes de las Naciones Unidas muestran que Pakistán extrajo el 162% de sus recursos totales de agua dulce renovable en 2021, mientras que sólo el 38% de las aguas residuales domésticas se trataron eficazmente.

Sin embargo, la economía del sur de Asia depende en gran medida de industrias intensivas en agua como la textil y la del cuero, mientras que el algodón, uno de los principales productos de exportación de Pakistán, requiere una cantidad significativa de agua para su cultivo y en la producción de tejidos.

Estas industrias, según la investigación de ONU Comercio y Desarrollo, generan más de 17.000 millones de dólares anuales en ingresos de exportación para el país y representan el 60% de sus exportaciones de mercancías.

Emplean al 40% de la mano de obra industrial de Pakistán, y las tenerías constituyen un eslabón esencial en las cadenas mundiales de suministro de cuero.

Cómo ayuda el SMEP

El Programa de Fabricación Sostenible y Contaminación Medioambiental (SMEP), cuyo objetivo es reinventar la economía circular textil, ayuda a Pakistán a poner a prueba la tecnología de distorsión molecular, un proceso que puede eliminar hasta el 98% de los contaminantes, reutilizar el 90% del agua y permitir la eficiencia energética mediante la calefacción solar integrada.

Adicionalmente, se está desarrollando una plataforma digital que utiliza datos para revolucionar la gestión y el reciclaje de residuos textiles y reducir la dependencia y el consumo de materiales vírgenes.

También ayuda a las tenerías -donde se procesan las pieles de animales- a adoptar una producción más limpia y alternativas circulares eficaces para reducir la carga contaminante de las aguas residuales.

Mientras tanto, en Pakistán y Bangladesh se está probando un conjunto de herramientas de trazabilidad electrónica para mejorar la transparencia en toda la cadena de suministro del cuero, garantizando el cumplimiento de las normas mundiales para mitigar la contaminación de las aguas industriales.

“El SMEP está integrando procesos de producción más limpia y de uso eficiente del agua para cumplir las normas comerciales y medioambientales en evolución, con el objetivo de lograr un acceso competitivo al mercado y garantizar que el crecimiento impulsado por el comercio se ajuste a las prioridades mundiales de sostenibilidad en regiones donde la seguridad del agua está bajo presión”, afirma Henrique Pacini, economista de ONU Comercio y Desarrollo, que dirige el programa SMEP.

Ha llegado la hora de redefinir la sostenibilidad en un mundo con inseguridad hídrica

La experiencia de Pakistán refleja retos más amplios en sectores económicos con un uso intensivo de agua en toda África subsahariana y Asia meridional, donde el estrés hídrico es elevado y se demandan soluciones sostenibles.

Aunque unas normas de sostenibilidad más estrictas pueden crear oportunidades de mercado, los costes de cumplimiento, las lagunas de supervisión y las barreras financieras podrían limitar la adopción generalizada de una producción más limpia, especialmente para los productores de los países en desarrollo.

En este sentido, una mayor armonización, incentivos y la puesta en práctica de soluciones sostenibles e son fundamentales para garantizar un crecimiento sostenible impulsado por el comercio.

Por ejemplo, herramientas regulatorias como la responsabilidad ampliada del productor (RAP) podrían trasladar la responsabilidad de la gestión de los residuos a los productores, mientras que los incentivos fiscales y los proyectos piloto cofinanciados podrían ayudar a aliviar las barreras financieras a la producción sostenible.

Las normas voluntarias de sostenibilidad o los planes impulsados por la industria, como el autocontrol y la presentación de informes o las normas de voluntarias sistemas de gestión medioambiental (ISO 14001), también pueden orientar las acciones a tomar.

La forma en que los mercados mundiales apoyen estos esfuerzos seguirá siendo crucial para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El camino por seguir es importante para el futuro de la sostenibilidad en un mundo en el que cada gota de agua cuenta.