English version - Version française
Tras 35 años de servicio en el Programa SIGADE, incluidos 18 años como jefe del Programa, Gerry Teeling se jubila de la UNCTAD.
SIGADE. Luego de haber trabajado en el Programa SIGADE durante más de 35 años, incluidos 18 años como jefe del Programa, ¿qué evoluciones ha presenciado en la labor del Programa y en la asistencia técnica en materia de gestión de la deuda?
La evolución del Programa siguió la evolución de las necesidades de los países. Cuando empecé a fines de los años 80, el Programa se centraba en la deuda externa del gobierno central y la deuda externa garantizada por el gobierno, y el énfasis principal estaba puesto en crear bases de datos fiables y completas sobre la deuda externa del gobierno central, así como en la elaboración de informes básicos.
A medida que fueron pasando los años, la labor del Programa se adaptó a las necesidades cambiantes de las oficinas de gestión de la deuda (OGD), tanto en términos de datos de deuda como el tipo de funcionalidad para la elaboración de informes que necesitaban. En términos de alcance, por ejemplo, hubo un cambio importante en el tipo de instrumentos que se debían registrar y paralelamente lograr monitorear e informar, en particular sobre la deuda interna.
En relación con la elaboración de informes, a medida que la gestión de la deuda pública se fue reconociendo cada vez más como parte integral de la gestión de las finanzas públicas y se hizo más hincapié en la sostenibilidad y la transparencia de la deuda, las necesidades de elaboración de informes se ampliaron y se volvieron cada vez más complejas.
¿Ha notado cambios o evolución en la prestación de asistencia técnica del SIGADE a lo largo de los años?
Al principio, la asistencia técnica del Programa se centró en la entrega del software del SIGADE a los países y en la capacitación para su uso. A medida que los países dependían cada vez más de los datos sobre la deuda y las partes interesadas necesitaban recibir más información sobre la deuda pública, sus necesidades evolucionaron para incluir la creación de capacidades en áreas como la validación de datos, las estadísticas de la deuda y el análisis de la cartera de deuda.
En lo que respecta a las estadísticas de la deuda, el Programa participó en la creación de directrices internacionales para las estadísticas de la deuda pública como parte del Grupo de trabajo sobre estadísticas financieras dirigido por el FMI, lo que dio como resultado el desarrollo de un nuevo conjunto de normas que el SIGADE luego integró en su software y siguió con la creación de un programa de fortalecimiento de capacidades. Posteriormente, los países necesitaron asistencia técnica del Programa para darles a conocer dichas normas e implementarlas.
Además, el reconocimiento de la gestión de la deuda como parte integral de la gestión de las finanzas públicas también cambió en gran medida la asistencia técnica del SIGADE a los países, ya que el Programa agregó apoyo para integrar el SIGADE con otros sistemas de gestión de las finanzas públicas, como los sistemas presupuestarios y contables, incluidos los Sistemas Integrados de Información para la Gestión Financiera (SIIF) en muchos casos.
Con el paso de los años, la necesidad y la demanda de asistencia técnica en materia de gestión de la deuda pública aumentó considerablemente. Cuando comencé a trabajar en el Programa, solo 4 o 5 países utilizaban el sistema SIGADE. Hoy en día, casi 90 instituciones en 61 países utilizan el SIGADE y se benefician del apoyo del Programa.
Con el próximo lanzamiento del SIGADE 7, ¿cuáles son sus expectativas para el futuro del Programa?
Creo que el Programa ha ido mejorando cada vez más y las perspectivas para el futuro son muy buenas. Basándome en los altísimos niveles de satisfacción de sus partes interesadas, confío en que el SIGADE seguirá prestando de manera eficaz un apoyo esencial a los países en desarrollo en el ámbito de la gestión de la deuda pública. El SIGADE 7 permitirá a los países ampliar el alcance de la deuda gestionada por las OGD para cubrir la deuda total del sector público, incluidos los pasivos contingentes. Esto requerirá un sistema integral que cubra la deuda de entidades no gubernamentales centrales, así como las subnacionales y las empresas estatales. Esto supone un nuevo desafío para muchos países. Además, los países necesitan un sistema que proporcione potentes herramientas de presentación de informes y respalde los requisitos de transparencia de la deuda. El SIGADE 7 aportará estas funcionalidades tan necesarias. Lo que es notable es que esta nueva versión se ha creado en respuesta directa a lo que los países nos han estado comunicando y a las cambiantes demandas de la gestión de la deuda pública.
También espero que el Grupo Consultivo del SIGADE siga desempeñando un papel importante en el futuro del Programa.
Para mí, desde su creación, el Grupo Consultivo ha demostrado ser un excelente foro para el intercambio no sólo entre la UNCTAD y los países usuarios, sino también entre los propios países. Fue creado para dar a los Estados miembros una voz directa en la gobernanza del Programa y en el establecimiento de prioridades para la planificación estratégica del SIGADE, y ha cumplido muy bien con ese propósito. Para mí fue un placer tener la oportunidad de interactuar con todos los países durante las reuniones del Grupo Consultivo.
¿Algún recuerdo que quisiera compartir?
Cuando me incorporé al programa SIGADE a mediados de los años 80 como experto en TI, mi primera tarea fue reescribir el cálculo de la tabla de amortización en COBOL para mejorar el rendimiento de la generación de informes en SIGADE 4. El sistema solía funcionar durante todo el fin de semana para generar lotes de informes. Pero si había un corte de energía o los servidores se paraban por cualquier motivo, los funcionarios encargados de la deuda tenían que reiniciar todo el proceso de generación de informes, lo que consumía muchísimo tiempo y les obligaba a volver a los libros contables cuando no podían permitirse esperar. Recuerdo la sorpresa muy positiva de los usuarios del SIGADE en uno de los primeros países en los que instalamos la nueva versión cuando los informes se generaron en 40 minutos. ¡El director de la OGD dijo que era un milagro!
Más tarde, a mediados de los años 90, realizamos el primer enlace entre el SIGADE y un Sistema Integrado de Información de Gestión Financiera (SIIF); para mí fue un gran placer ver el logro del procesamiento directo de una orden de pago del SIGADE al Banco Central; y luego la confirmación del pago que llega de vuelta directamente del Banco Central al SIGADE. Ese fue un logro significativo que desde entonces se ha replicado en muchos países. Con la integración, la calidad de los datos mejoró porque redujo los errores manuales y aumentó la seguridad de las órdenes de pago.
También aumentó la transparencia y la visibilidad, permitiendo el seguimiento de todo el proceso. Recuerdo que fue increíble caminar por las oficinas de la OGD y ver a todo el personal utilizando el SIGADE como la herramienta principal para su trabajo; para mí, reafirmó que el SIGADE era una herramienta esencial para la gestión de la deuda pública en la institución.
¿Unas palabras finales?
Ha sido un honor y un privilegio para mí formar parte de toda esta evolución en la gestión de la deuda pública y haber contribuido, como parte del Programa SIGADE en colaboración con tantos interesados, a los importantes avances logrados por los países en el fortalecimiento de su capacidad para la gestión eficaz de sus pasivos públicos.
El equipo del DMFAS le desea una feliz y activa jubilación.