En medio de una policrisis, los países menos adelantados (PMA) enfrentan una situación financiera cada vez más insostenible, con déficits estructurales elevados y una deuda inasequible, lo que subraya la necesidad urgente de una acción internacional.
La deuda es uno de los retos más acuciantes para los países en desarrollo, especialmente para los países menos adelantados (PMA).
Estos países se enfrentan a mayores costes de endeudamiento, suelen tener capacidades de gestión de la deuda más débiles y, con frecuencia, carecen de representación adecuada en las principales instituciones multilaterales que abordan cuestiones relacionadas con la deuda.
La pandemia de COVID-19 agravó severamente los balances fiscales de los PMA y aumentó su deuda pública total, la mayor parte de la cual es externa. Otras crisis, como la guerra en Ucrania y la emergencia climática, han complicado aún más la situación, incrementando la necesidad de gastos públicos esenciales y, en muchos casos, provocando devaluaciones monetarias que han elevado el coste de la deuda externa.
Aunque se proyecta una leve mejora, las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda en los PMA persisten, especialmente frente a posibles choques y crisis futuras. Según las evaluaciones de sostenibilidad de la deuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicadas en abril de 2024, 20 de los 43 PMA para los que se dispone de datos ya están en situación de sobreendeudamiento o en alto riesgo de caer en ella.
Los déficits crecen mientras el gasto fiscal supera los ingresos
En promedio, los déficits fiscales de los PMA superan de forma constante a los de otras economías en desarrollo, aunque esta tendencia puede no aplicarse a los PMA ricos en recursos.
En respuesta a la pandemia y a los confinamientos, los gobiernos aumentaron el gasto para apoyar a sus economías, incluso cuando los ingresos disminuyeron. En 2019, la mitad de los PMA tenía ingresos por debajo del 18,3 % del PIB, una cifra que cayó al 17,7 % en 2021. Mientras tanto, el gasto aumentó del 20,2 % del PIB en 2019 al 22,5 % en 2021.
Este desequilibrio creciente llevó a los déficits fiscales de los PMA a un pico del 3,3 % del PIB en 2022, antes de reducirse moderadamente al 2,7 % en 2023. El FMI prevé una disminución adicional al 1,9 % en 2024 y al 1 % en 2025. Sin embargo, incluso un déficit del 1 %, dependiendo de cómo se financie, puede suponer una gran presión sobre estas economías, limitando su capacidad para invertir en servicios esenciales e infraestructuras, y dificultando el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esta presión en los países menos adelantados se ve agravada por los efectos de la desaceleración económica mundial, la fragilidad estructural de las finanzas públicas de estas naciones y sus elevados niveles de deuda.
El aumento de la deuda reduce el espacio fiscal
Los déficits fiscales elevados están contribuyendo al aumento de la deuda pública bruta, que representa el monto total que un gobierno debe a sus acreedores, tanto nacionales como extranjeros.
Incluso antes de la pandemia, la deuda de los PMA ya seguía una tendencia ascendente preocupante, advertida en repetidas ocasiones por ONU Comerico y Desarrollo (UNCTAD). Entre 2009 y 2019, la mediana de la ratio de deuda pública sobre el PIB aumentó del 30,8 % al 41,6 %. La pandemia, seguida de una recuperación desigual y otros factores como la política monetaria restrictiva en las economías desarrolladas, agravó aún más la situación, con ratios que superan de manera constante el 50 % desde 2020.
En 2023, la ratio de deuda pública sobre el PIB de muchos PMA superó por primera vez al de otras economías en desarrollo, a pesar de su menor capacidad de reembolso, debido no solo a factores internos, sino también a problemas sistémicos en el sistema financiero y monetario global.
Estas tendencias reflejan una reducción del espacio fiscal en un momento en que aumentan las necesidades de desarrollo por la acumulación de crisis. Aunque se espera una leve disminución en de deuda pública sobre el PIB de los PMA entre 2024 y 2026, se proyecta que la mediana se mantendrá por encima de los niveles anteriores a la pandemia, en un 51 %.
Previsiones vulnerables a los riesgos económicos globales
El FMI prevé leves reducciones en las ratios de déficit fiscal y deuda pública debido a los ajustes presupuestarios anticipados en los PMA. Se espera que los ingresos gubernamentales medianos crezcan ligeramente, mientras que el gasto mediano debería reducirse. Sin embargo, varios riesgos podrían poner en peligro estos esfuerzos, entre ellos:
- Un aumento adicional de los precios de las materias primas debido a conflictos como los de Gaza o Ucrania, o a interrupciones en el transporte marítimo global.
- El incremento de la frecuencia e intensidad de los desastres naturales en los PMA.
- Los efectos residuales del endurecimiento de la política monetaria en las economías desarrolladas.
- El impacto de las elecciones este año en muchos países desarrollados y en desarrollo.
Las recientes políticas antiinflacionarias en los centros financieros mundiales han elevado los tipos de interés, debilitado las monedas de los PMA y generado un riesgo significativo para estas economías, dado que gran parte de su deuda está denominada en divisas extranjeras.
Esto ha complicado el pago de la deuda, el refinanciamiento y el acceso a nuevos préstamos. Aunque las condiciones monetarias en las economías desarrolladas comienzan a relajarse, el impacto prolongado de los elevados tipos de interés extranjeros podría persistir, profundizando aún más las vulnerabilidades de la deuda en los PMA.
Una urgente necesidad de mejorar la sostenibilidad de la deuda en los PMA
Los déficits fiscales en los PMA, impulsados por problemas estructurales como una base tributaria reducida, una administración fiscal ineficiente, la dependencia de exportaciones de materias primas volátiles y el peso de una deuda externa costosa sujeta a riesgos cambiarios, se ven agravados por múltiples crisis globales interconectadas.
Los principales problemas son la insuficiente capacidad de reembolso y las características desfavorables de la deuda. Como se destaca en el “Informe sobre los países menos adelantados 2023” de ONU Comercio y Desarrollo, ampliar el espacio fiscal de los PMA y reformar la arquitectura internacional de la deuda son imperativos para que estos países puedan resistir futuros choques y avanzar hacia los ODS.
ONU Comercio y Desarrollo insta al G20 a liderar los esfuerzos para facilitar una gestión más sostenible de la deuda de los PMA, a través de más préstamos concesionales, subvenciones e iniciativas de alivio de la deuda, así como a revertir la tendencia a la baja de los flujos de Ayuda Oficial al Desarrollo hacia estos países.