Las reformas del sistema financiero internacional y la cooperación fiscal son cruciales para movilizar eficazmente los fondos tan necesarios para el desarrollo sostenible.
ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) renueva su llamamiento en favor de una mayor cooperación fiscal internacional con un enfoque más inclusivo y transparente para atender las necesidades del Sur global.
Desde hace tiempo los países en desarrollo tienen dificultades para obtener capital, ya que solo 22 de ellos tienen calificación de grado de inversión, según el Informe sobre Comercio y Desarrollo 2024.
La sucesión de crisis mundiales, los elevados costes de los préstamos, la volatilidad de la financiación privada externa y el acceso limitado a una financiación pública asequible pueden agravar el actual déficit de inversión de varios billones de dólares para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para cambiar de rumbo, es necesario reformar la arquitectura financiera internacional a fin de ampliar el espacio fiscal de los países en desarrollo, mediante una liquidez oportuna y flexible, el alivio y la reestructuración de la deuda y un mayor alcance de los préstamos para el desarrollo.
Al mismo tiempo, los países necesitan movilizar eficazmente los ingresos nacionales -otra fuente clave de financiación- abordando los retos que plantean la evasión fiscal, el arbitraje corporativo y los flujos financieros ilícitos.
Tal empeño exige mecanismos coordinados a mayor escala, ya que la fragmentación normativa ha facilitado a empresas y particulares el traslado de beneficios y activos a otras jurisdicciones.
En este sentido, la creación de una plataforma fiscal mundial será vital para mejorar la integridad y la gobernanza financiera internacional.
“Es una palanca central para desarrollar la capacidad del Estado y mantener la estabilidad macroeconómica, permitiendo a los gobiernos realizar las inversiones necesarias con independencia de fuentes externas”, insta el informe.
Hay que arreglar el sistema fiscal mundial
En cuanto a la fiscalidad transfronteriza, en la actualidad, muchos países en desarrollo carecen de recursos para hacer frente a las actividades de erosión de la base imponible y traslado de beneficios (BEPS, por sus siglas en inglés) de las empresas multinacionales.
Entre 2015 y 2019, alrededor del 40 % de los beneficios de las multinacionales se trasladaron a paraísos fiscales, lo que redujo los ingresos mundiales por el impuesto de sociedades en un 10 %.
El traslado mundial de beneficios ha obstaculizado gravemente la movilización de recursos nacionales, especialmente en los países de renta baja.
Los países más afectados por BEPS, especialmente en África y América Latina, pierden una mayor proporción de los ingresos fiscales totales en comparación con las naciones más ricas.
Los ingresos nacionales también se han visto afectados por el arbitraje corporativo y los flujos financieros ilícitos. Estos últimos, en algunos casos, podrían constituir hasta la mitad del comercio registrado oficialmente.
Impulso al cambio
La iniciativa en curso para crear la Convención Marco de la ONU sobre Cooperación Tributaria Internacional pretende garantizar que todos los países tengan la misma voz a la hora de establecer la agenda, dar forma y decidir las normas.
Esto podría ayudar a los países en desarrollo a dirigir mejor los esfuerzos para colmar las lagunas del sistema financiero mundial y reforzar los mecanismos de movilización de los ingresos nacionales.
Mientras que el sistema fiscal actual depende en gran medida de acuerdos bilaterales y de una cooperación multilateral limitada, la convención podría establecer una plataforma global para la gobernanza tributaria mundial, cuyo éxito dependerá de factores como:
- Una cooperación política eficaz entre los países en desarrollo y el diálogo Norte-Sur.
- Dar prioridad a la inclusión y la transparencia, áreas en las que la ONU tiene ventaja sobre otras organizaciones, especialmente a la hora de abordar las necesidades del Sur global.
- Aprovechar la reforma tributaria internacional para configurar el futuro de la cooperación fiscal y las reformas de la arquitectura financiera mundial.
- Abordar el arbitraje, las desigualdades y los riesgos de los regímenes fiscales diferenciados que podrían afectar a los flujos comerciales y de inversión y mermar los ingresos nacionales.